El respecto a la meritocracia, a los perfiles de puesto, a las competencias específicas y a la experiencia en la materia en que recae un cargo público, son parte de los retos de Perú en todos sus niveles de gobierno. Su inobservancia constituye uno de los principales problemas que afrontan la administración pública y la gestión pública en el país, debilitando la capacidad para implementar políticas públicas y la prestación de servicios a la población.

Los perfiles son también aplicables a las designaciones de personal de confianza, y deberían promover la transparencia, idoneidad y la experiencia adecuada para asumir las funciones propias de cada cargo público. Si bien en muchos casos pueden ser mejorados, lo cierto es que son de cumplimiento obligatorio.

Tras el cambio de gobierno el 28 de julio último, en un contexto de polarización política, era previsible que uno de los principales aspectos en que se centraría la atención pública al inicio de la gestión sería en la conformación de los equipos en el Poder Ejecutivo y sus entidades adscritas. Sabiendo ello, resulta lamentable que en distintos casos, no se tomaran las previsiones para designar (o anunciar designaciones) de personas que cumplan los perfiles de puesto, que no presenten incompatibilidades con la función pública, entre otros. Tal fue el nivel de notoriedad de los casos que la Autoridad Nacional del Servicio Civil (SERVIR) y la Contraloría General de la República emitieron pronunciamientos públicos advirtiendo la importancia del respeto a los perfiles de puesto, agregando la Contraloría, el respecto a los documentos de gestión de las Entidades Públicas y a los lineamientos emitidos por SERVIR. El Poder Ejecutivo, afortunadamente, pudo retroceder en algunas designaciones o dejarlas sin efecto.

Un tema de fondo que es importante tener presente, sobre todo en un contexto donde las urnas han evidenciado un reclamo por mayor efectividad del Estado, es que la gestión pública, la carrera pública, la experiencia y el conocimiento implementando políticas públicas, no pueden ser vistos como temas secundarios que puedan dejarse de lado, más aún en un país donde nuestros principales retos están vinculados a la capacidad de gestión.

Restar valor a la meritocracia, tiene consecuencias prácticas concretas debilitando el cumplimiento de las funciones y los servicios a cargo del Estado. Ni la afiliación a un partido político ni la experiencia en la gerencia privada por sí mismas pueden reemplazar el valor que aporta la especialidad en temas públicos y la carrera pública meritocrática, para asumir puestos de mando en la Administración Pública. Tampoco será suficiente tener un título profesional sin contar con experiencia en la materia, de forma proporcional al reto que se va a asumir. Un país con debilidades de gestión, que afronta una crisis económica y de salud, necesita más que nunca a sus mejores cuadros en la Administración Pública, esto no se logrará restando valor a la meritocracia.

Entre los casos recientes que llaman la atención, se encuentra por ejemplo, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), donde se aprecia con claridad la importancia de mantener criterios meritocráticos para la designación de funcionarios, por ser un actor clave para el desarrollo de infraestructura y conectividad nacional, debiéndosele dotar del personal técnico y de confianza más idóneo en la materia. El MTC también otorga títulos habilitantes para operar distintos servicios, como concesiones y autorizaciones en transportes y en telecomunicaciones. Las principales Unidades Ejecutoras del país se encuentran adscritas al MTC donde, por ejemplo, un proyecto de infraestructura vial de alcance nacional, puede tener un impacto en el gasto público y en la productividad, así como un monto de inversión, muy por encima de los proyectos ejecutados por los Gobiernos Regionales o las Municipalidades. En infraestructura vial departamental y rural, PROVIAS DESCENTRALIZADO entidad adscrita al MTC, tiene a su cargo, entre otros, la gestión, administración, y en algunos casos, la ejecución de los proyectos de infraestructura, existiendo una gran demanda de necesidades pendientes de atención a lo largo del país. Si bien se corrigieron algunas designaciones, siempre será recomendable en todos los casos, y para toda Entidad Pública, tener en cuenta la importancia de la meritocracia.