Hace una semana se produjo una gran falla en el Metro de Santiago de Chile, en el transcurso de un mes, lo que produjo un alto malestar en los usuarios y generó una congestión inusual en el transporte urbano de la capital chilena. Si bien Metro ha sido evaluado como el mejor tren metropolitano de Latinoamérica recientemente, estas fallas resultan inadmisibles para los usuarios y para la opinión pública.
Entonces, cabe preguntarse ¿cómo una compañía de las mejores evaluadas en su rubro puede evitar fallas de esta naturaleza? Indudablemente que la respuesta está centrada en mejorar la gestión de mantenimiento de la infraestructura y del equipamiento.
Cuando hablamos de mantenimiento preventivo es un conjunto de técnicas que tiene como finalidad disminuir y/o evitar las fallas de los equipos con tal de asegurar su total disponibilidad y rendimiento al menor costo posible.
Las clases de mantenimiento se pueden resumir en tres: correctivo, preventivo y predictivo. El primero es al que tuvo que recurrir el Metro en esta última ocasión, y que consiste en corregir o reparar el sistema cuando la falla ya se ha producido. Lamentablemente, cuando se debe recurrir a este tipo de mantenimiento sobre infraestructura y equipamiento que es crítico, no sólo se tienen las consecuencias que todos conocemos en el caso de Metro, sino que además hay mayores costos de reparación y pérdidas económicas por detención del servicio. Por lo tanto, es fácil imaginar que ni Metro y ninguna otra compañía esperan hacer mantenimientos de esta forma.
Por tanto, la idea es no llegar a este tipo de mantenimiento, sino hacer mantenimiento preventivo, o incluso un paso más allá, hacer mantenimiento predictivo, lo cual hoy es posible gracias a las nuevas tecnologías presentes en el mercado.
Cuando hablamos de mantenimiento preventivo es un conjunto de técnicas que tiene como finalidad disminuir y/o evitar las fallas de los equipos con tal de asegurar su total disponibilidad y rendimiento al menor costo posible. Para llevar a cabo esta práctica se requiere rutinas de inspección periódicas, así como vigilancia de condiciones operacionales y seguimiento de información de uso o tiempos de operación. Se caracteriza por ejecutar una tarea de mantenimiento por la ocurrencia de una condición conocida para evitar una falla conocida.
Por otro lado, el mantenimiento predictivo es mucho más avanzado y con mayores beneficios. Está dirigido a los componentes críticos del sistema. Este tipo de mantenimiento se basa en el análisis de millones de datos de diferentes variables de condición u operación de los equipos, datos que son actuales e históricos, y que mediante modelos matemáticos permiten pronosticar que existe una probabilidad que se produzca una falla en un periodo tiempo futuro dado. Lo que resulta en mayor confiabilidad y disponibilidad de los equipos.
Este tipo de programas de mantenimiento reporta un gran ahorro de costos, ya que además de detectar los fallos de manera precoz permite programar con suficiente antelación el tiempo de reparación y los suministros y mano de obra que requerirá la tarea.
Hoy las tecnologías de Big Data –análisis de grandes volúmenes de datos en tiempo real- y de movilidad permiten a las personas encargadas del mantenimiento, descubrir patrones y nuevas condiciones que producirán una falla a futuro. La movilidad, por su parte, permite informar a los agentes críticos de manera oportuna o incluso tomar medidas preventivas directamente desde los dispositivos móviles.
Las tecnologías de Big Data de hoy en día permiten hacer análisis predictivo, y esto reviste una buena oportunidad de mejoramiento en la gestión de mantenimiento.