El 20 de agosto la FIFA inició la reserva, ‘sueltas’ (sin incluir paquetes turísticos ‘con avión y hotel’), para los partidos del Mundial de Fútbol 2014 que se realizará en Brasil. En las primeras 24 horas, 2,3 millones de entradas fueron reservadas por más de 400.000 personas de 200 diferentes países (más de cuatro veces lo reservado en el mismo periodo para las copas de 2006 y de 2010). La demanda fue tan grande para los principales partidos que en octubre próximo la FIFA realizará una lotería electrónica para asignar el derecho a comprar entradas solo a los afortunados ganadores.

El deporte en general y el fútbol en particular son unas de las pocas razones en el mundo que atraen tanto público –y tan variado– pacíficamente para un mismo evento. 

Embratur, el Instituto Brasileño del Turismo, estima que más de 600.000 turistas extranjeros, la mayoría de América del Sur, y 3 millones de brasileños viajarán dentro de Brasil durante los 32 días del torneo (en Sudáfrica hubo 300.000 turistas extranjeros). El partido inaugural será el 12 de junio en Sao Paulo y la gran final el 13 de julio en el legendario estadio Maracaná, en Río de Janeiro. 

Cinco serán las ‘ciudades sede’ en la región sudeste del país: Río de Janeiro, Sao Paulo, Belo Horizonte, Porto Alegre y Curitiba. En la región central del país serán Brasilia y Cuiabá. En el norte, una: Manaus y en la costa del noreste: Salvador, Fortaleza, Recife y Natal. 

De los 12 estadios que se utilizarán durante el torneo, 6 ya fueron finalizados, y el resto está en las etapas finales de su construcción o reforma. En la construcción y remodelación de nueve de estos estadios trabajaron empresas constructoras brasileñas líderes presentes en el Perú.

Con relación a los aeropuertos, el principal desafío es desahogar el ya saturado sistema aeroportuario brasileño, que tuvo un expresivo crecimiento de demanda en los últimos años. Esto ha ocasionado la saturación en 17 de los 20 principales aeropuertos del país.

Paralelamente, para atender la gran demanda adicional y temporal de visitantes nacionales y extranjeros durante el torneo, hay también otras grandes obras en curso, especialmente en el sector de aeropuertos, transporte urbano y hotelería.

Con relación a los aeropuertos, el principal desafío es desahogar el ya saturado sistema aeroportuario brasileño, que tuvo un expresivo crecimiento de demanda en los últimos años. Esto ha ocasionado la saturación en 17 de los 20 principales aeropuertos del país. 

Para lograr ese objetivo son necesarias no solo obras de expansión estructural, ya en curso en los principales aeropuertos, sino también mejoras importantes en la modernización tecnológica para un gerenciamiento más eficiente de las aeronaves, vuelos, pasajeros y equipajes.

En el área de transporte urbano, se estableció un programa de 34 proyectos prioritarios de transporte masivo con US$17.000 millones de recursos del gobierno, que resultarán en la construcción, por las principales empresas privadas locales, de más de 600 km de corredores de ómnibus, más de 200 km de subterráneos, 380 estaciones y terminales de ómnibus y más de 1.000 nuevos trenes y vagones de ferrocarriles y subterráneos. 

Respecto al sector hotelero, se proyecta un déficit de acomodaciones disponibles en varias ciudades sede y precios por encima de los usuales en las grandes capitales mundiales. Eso, a pesar del ingreso de varios hoteles nuevos, muchos aún en construcción y modernización por todo el país. Para el caso específico de Río de Janeiro se está expandiendo y reformando también el puerto de transatlánticos y barcos para cruceros de la ciudad, ya que en promedio cada barco de ese tipo acomoda entre 2.000 y 3.000 pasajeros, y será una excelente opción temporal para la enorme demanda esperada durante la Copa del Mundo de Fútbol y las futuras olimpiadas.

Brasil se prepara así para recibir y atender las demandas del gran número de turistas que aterrizará en el país en 2014 para el evento deportivo de mayor audiencia del planeta, mientras que la selección local luchará con muchas ganas para tratar de conquistar en casa su sexto título mundial. Eso sí, solo si los candidatos de siempre –Alemania, Italia, la Argentina de Messi y el actual campeón España– se lo permiten.