Decisiones difíciles
No se puede apagar dos incendios al mismo tiempo, hay que tomar un camino y cada camino tiene un costo; los caminos de la vida.
Es conocido que la inflación en Estados Unidos y el mundo se ha incrementado rápidamente (con niveles superiores a 8%) y ha sido persistente por los efectos de las medidas de confinamiento, restricciones de oferta y crisis energética derivada del conflicto entre Rusia y Ucrania. Aun cuando hay señales de menor presión inflacionaria, la batalla está lejos del fin.
El dilema entre crecimiento e inflación ha sido una constante de los bancos centrales este año y ha venido “in crescendo”. Tienen que elegir entre una menor inflación (y por ende menor crecimiento y mayor desempleo) o un mayor crecimiento (sacrificando una mayor inflación). De momento la respuesta de la FED ha sido clara, el enfoque está en combatir la inflación a cualquier precio.
La semana pasada la FED reafirmó esta postura subiendo la tasa de referencia en 0,75% (nivel de 3,25%) y con una tasa proyectada a final de año de 4,5%, es decir, se proyecta un incremento adicional de 1,25%. Alcanzar el objetivo de tasa de inflación de 2% implicaría un sacrificio alto en términos de crecimiento y empleo. ¿Es posible conseguir una inflación baja y no afectar el crecimiento y empleo?
La historia sugiere que un soft landing es poco probable ya que desde 1950 la economía de Estados Unidos ha entrado en recesión cada vez que la inflación ha estado por encima del 4% con una tasa de desempleo menor a 5%.
Mercados volátiles
El camino elegido de la Fed no ha pasado inadvertido por los mercados. ¿Cómo reaccionaron? El S&P 500 reflejó una caída de 4.63% por el temor que la postura restrictiva (hawkish) de la FED implique una alta probabilidad de recesión, mientras que la curva de del tesoro americano agudizó su inversión, con un rendimiento de los bonos a dos años por encima del 4,2%, mayor que la de diez años situada en niveles de 3,7%; señales que sugieren una recesión o al menos un inminente enfriamiento.
¿Punto de inflexión para el mercado accionario?
A pesar de que los índices de acciones (S&P 500, Euro Stoxx 50) reflejan caídas en lo que va del año mayores a 20%, a niveles de múltiplos de valuación (comparadas con otras recesiones) no estarían tan atractivos y podría haber mayores correcciones en un entorno de alta volatilidad. A futuro, la FED debería relajar un poco su postura cuando los datos de inflación sean más favorables, lo cual beneficiaria los activos riesgosos. ¿Cuándo tocaremos fondo? Nadie lo sabe, sin embargo, en esta nueva etapa la constante es un entorno macroeconómico (y de capitales) volátil, por lo que hay aspectos a tener en cuenta.
- La importancia de estar invertido: S bien nadie cuál será el punto más bajo (bottom) para entrar, lo que sí se sabe es que perderse los mejores días de retorno afectan significativamente los rendimientos. Por ejemplo, en los últimos 20 años el retorno anualizado del S&P 500 de 9,7% caería a 5,5% si quitamos los 10 mejores días (los que generalmente están muy cercanos a los 10 peores días)
- La importancia de comprar barato: Los tiempos turbulentos suelen representar oportunidades de entrada para construir portafolios y encontrar valor. Parafraseando a John Templeton, “el momento de máximo pesimismo es el mejor para comprar y el momento de máximo optimismo es el mejor para vender".
¿Qué activos se ven atractivos?
En un escenario de alta inflación, altas tasas de interés y posible enfriamiento de la economía como el actual, conviene buscar activos que se benefician de este contexto. Por ejemplo, alternativas como bonos ligados a la inflación y crédito de tasa variable son opciones más que válidas. En términos de empresas, conviene ser más selectivo favoreciendo a aquellas con alta capacidad de generación de caja. De otro lado, activos como renta fija de alta duración y bonos gubernamentales no son muy recomendables.
A estar atentos a nuevos desarrollos de los mercados y tomar decisiones con el asesoramiento profesional para navegar este entorno de mayor incertidumbre.