Las transformaciones digitales son procesos constantes de cambio, que deben contar con un apoyo al más alto nivel de cada entidad (compromiso top-down), y que en el building information modeling (BIM) para la inversión pública, requiere también un empoderamiento de la entidad, programa o dirección encargada de liderar la estrategia nacional para su implementación. Podemos hablar así del liderazgo del BIM, como el liderazgo de la estrategia nacional de cada país, y como el liderazgo a la interna de cada entidad pública o sector. En esta columna, nos enfocaremos en el liderazgo de la estrategia nacional.

Existen distintos modelos a lo largo de América Latina y del Caribe para el liderazgo de la estrategia nacional BIM en cada país. Por ejemplo, en Chile el BIM se encuentra liderado por el PlanBIM, que es un programa de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) con una duración de 10 años, dedicado a liderar el proceso de aplicación del BIM en el país; es decir es una organización con una misión especializada en materia de BIM para la inversión pública. Por otro lado, en Perú el BIM se encuentra liderado por la Dirección General de Programación Multianual de Inversiones del Ministerio de Economía y Finanzas, cuya labor principal es ejercer la rectoría de la inversión pública, y que tiene el mandato de elaborar un documento denominado “Plan BIM”, que contendrá la estrategia nacional del BIM y que será aprobado y publicado mediante una norma.

Así, las denominaciones podrán ser similares (ambos países utilizan el término “Plan BIM”), pero se trata de una distinta organización para el liderazgo de la estrategia BIM. En un esquema se optó por un programa u organización como una misión ad hoc específica y especializada en la materia, mientras que en otro se optó por un documento orientador (que entendemos deberá ir de la mano con acciones diversas de capacitación y acompañamiento), elaborado por el rector de la inversión pública. 

Somos de la opinión que lo ideal es una entidad o programa específico que lidere la estrategia nacional del BIM, antes que una dependencia que cuente adicionalmente con otras tareas cuyo día a día pueda llevar a rezagar esta labor, ello atendiendo a que en la región la inversión pública, la infraestructura y la construcción vienen en caída desde antes de la pandemia, habiéndose acrecentado ello durante el presente año.

En el contexto económico actual peruano, con una potencial segunda ola de COVID-19, y con un objetivo trazado de lograr el crecimiento de la inversión pública en la ambiciosa cifra del 20% durante 2021, sería entendible e incluso recomendable, que los esfuerzos se encuentren canalizados a acciones concretas de corto plazo para impulsar la inversión pública. A lo expuesto, se suma el contexto de transición del gobierno actual, que habiendo asumido recientemente el mando del país, tendrá una gestión aproximada de siete meses, atendiendo a las elecciones de 2021 y cambio de mando.

En ese sentido, la apuesta peruana de tener el liderazgo del BIM en la rectoría de la inversión pública, nació asumiendo el reto de que el día a día no sea un óbice para el avance en los tiempos esperados, y quizá ello se encuentra relacionado a que habiendo transcurrido cerca de un año y medio de encontrarse previsto el Plan BIM en el Plan Nacional para la Competitividad y Productividad, aún no se cuenta con el mismo aprobado y publicado. A este reto de origen, por así denominarlo, se le suma el reto del contexto político y de COVID-19.

Sin perjuicio de ello, es importante que la visión innovadora que inspiró la inclusión del BIM en el referido plan se mantenga, dada la importancia de los aportes que puede generar el BIM al sector construcción y a la infraestructura pública, conlleva a que no pueda postergarse la continuidad de los pasos avanzados y de las metas planteadas. Ante ello, es importante la hoja de ruta de implementación del BIM recientemente publicada, que prevé con ambición su aplicación a todas las inversiones públicas de infraestructura o con componente de edificación para 2030. Asimismo, será importante lograr elaborar el referido Plan BIM, es decir, contar con la estrategia nacional a implementar (respecto de la cual se han anunciado algunos avances), en paralelo a los proyectos piloto que pueden brindar información e insumo para otros hitos necesarios, como son los estándares BIM. También reviste de importancia una clara definición de roles BIM. Consideramos que los esfuerzos en el corto y mediano plazo en materia de BIM, deben centrarse en ello, a fin de ver caminar su aplicación en la inversión pública peruana con bases claras y sólidas para todos los participantes.

Todo ello, a nuestro criterio se debe realizar en alianza con la academia y el sector privado, antes de solicitar la aplicación del BIM a entidades públicas que aún no cuentan con los instrumentos adecuados para su aplicación, siendo importante que el líder del BIM, oriente en ese sentido a todos los Sectores que elaboren inversiones públicas con participación los gobiernos regionales y las municipalidades, evitando generar exigencias técnicas que a estas alturas aún no podrán ser cumplidas.