El panorama económico aún mantiene importantes niveles de incertidumbre, y el rubro inmobiliario en Chile no ha estado exento de esto. Si en 2020 las restricciones de movilidad y mano de obra representaron un estancamiento en los proyectos, hoy lo hacen las estrictas condiciones de financiamiento para el desarrollo de inversiones de este tipo. Una nueva realidad que no sólo preocupa desde la mirada de la empleabilidad, crecimiento económico y PIB país, sino que también desde el déficit habitacional.

Es un hecho que Chile requiere de nuevos proyectos inmobiliarios, especialmente considerando las cifras del Ministerio de Vivienda, que revelan que el déficit habitacional alcanza las 513.000 unidades. Para 2022, se espera implementar uno de los presupuestos más altos en esta área con una inversión de US$ 4.562 millones destinados a la construcción de unos 50.000 hogares. Hoy, los proyectos multifamily o de “renta residencial” han demostrado una importante resiliencia y oportunidad de inversión para la recuperación económica del rubro. Sólo durante el primer trimestre de este año, entraron en operación 8 nuevos edificios bajo este régimen, totalizando un universo de más de 22.829 unidades de departamentos destinados a este propósito en todo el Gran Santiago, según datos de la firma BDO. Y pese a existir un crecimiento sostenido en el valor del arriendo de un 3,5%, respecto al trimestre anterior, alcanzando las 11,53 UF valor promedio por cada unidad de renta residencial, los niveles de ocupación de este régimen se han mantenido en torno al 97%. Inclusive, la misma firma proyecta, además, el ingreso de más de 50 nuevos proyectos de aquí al 2023.

Asimismo, informes de la Asociación Chilena de Administradoras de Fondos de Inversión (ACAFI) y la clasificadora de riesgo Feller Rate destacan el creciente interés de los inversionistas por la renta residencial, así como también en activos industriales, en particular bodegas. Esto responde a la fuerza que ha tenido esta industria en los portafolios de fondos, que en 2019 tan solo contemplaban el 5% de los m2 administrados. Pese a esto, el rubro de fondos de inversión inmobiliarios ha crecido en los últimos años con inversiones en oficinas, locales comerciales, renta residencial y bodegas, donde ya en el primer trimestre de 2020 se crearon siete nuevos fondos, llegando a 120, con un patrimonio de 117,4 millones de UF. Mientras que, a diciembre de 2019, estos vehículos de inversión tenían un patrimonio de 107,8 millones de UF, en manos de 30 administradoras, de acuerdo a datos de Feller Rate.

Hoy, Chile enfrenta una nueva realidad, donde un importante porcentaje de la población está arrendando. Si hace 20 años, el sueño de cada chileno era tener su casa propia, hoy –frente al nivel de precios de las viviendas y sus restricciones de acceso– estos mismos han priorizado contar con opciones habitacionales más amenas, con mayores comodidades para sus usuarios, tales como espacios de trabajo, mejores áreas comunes y nuevos estándares de vida. Un fenómeno similar al que ocurre en ciudades como Nueva York, cuyos alquileres alcanzan anualmente un nuevo máximo, debido a la gran demanda y al fuerte aumento de la inflación.

Estas y otras condiciones han impulsado a los multifamily como una importante alternativa, tanto para quienes desean invertir en inmuebles como para los privados que buscan expandir proyectos de este tipo a otras localidades menos consolidadas de la Región Metropolitana y dentro de Chile, siendo hasta hace unos años un mercado casi inexplorado.

Asimismo, representa una relevante oportunidad para el Estado de impulsar estrategias y sinergias público-privadas orientadas a disminuir el riesgo crediticio (tanto a personas como organizaciones), dar mayor financiamiento a desarrolladores de viviendas y proyectos multifamily o fomentar la construcción de zonas más alejadas y/o rurales, entre otras acciones para reactivar este sector y darle mayor dinamismo.

Hoy, sin duda, estamos enfrentando importantes transformaciones en el rubro inmobiliario donde las operaciones de proyectos de renta residencial están tomando cada vez mayor fuerza y dinamismo en el mercado nacional y global, por lo cual hoy es trabajo de las administradoras, fondos inmobiliarios y el rubro en general el fortalecer el sector con propuestas innovadoras, eficientes, sostenibles y sustentables para el crecimiento de este mercado.