El mundo giró y se sacudió. Literal y, claro, metafóricamente. Desastres naturales que lamentamos, pero que, sabemos, no podemos evitar, al menos su presencia, porque sus consecuencias sí son aprendizaje inevitable que debe demostrarse a pesar de la sorpresiva llegada de la fuerza de la naturaleza.

En la metáfora, el mundo siguió doblegándose ante una crisis financiera que ha puesto en jaque a varios países miembros de la Unión Europea, para cuyo 2012 fue el año que le siguió a su callejón sin salida. Grecia y España, países cuyos gobiernos obligaron a sus ciudadanos a movilizarse, a salir a las calles para exigir razones y cambios en las políticas de austeridad que se han tenido que poner en marcha para hacer frente a las dificultades financieras que nos han dado imágenes que no pensamos posibles en países considerados de Primer Mundo. Así de viejo está el globo, así de viejos sus sistemas económicos que merecen revisión, antes de que sea demasiado tarde. Así, con todo y su Premio Nobel de la Paz, para la Unión Europea 2012 le sigue significando el del laberinto económico del que se están forzando a salir, aunque el panorama no sea del todo claro aún.

... Evidentemente el mundo no se acabó, sino que sigue avanzando entre todos sus contrastes: sus modos de operación de antaño y las nuevas formas de vivirse, a las que se obliga para no sentirse tan viejo.

Para Estados Unidos, 2012 fue un año electoral y de realidades. Barack Obama logró la reelección, pero no le fue fácil. La caída en su popularidad lo puso por momentos hombro a hombro en las preferencias que se registraban en las encuestas previas a la elección. Mitt Romney pudo aprovechar esa debilidad, aunque las suyas poco le ayudaron para repuntar el marcador y levantarse como el vencedor. Obama tuvo que hacer nuevos votos, dar de nuevo su palabra, la cual no será olvidada tan fácilmente para abrir brecha. Abanderó la causa de los derechos de las minorías, ahora sí, y habló sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, además de las promesas hechas a la comunidad de inmigrantes, para sacar y volver una realidad la reforma migratoria que no pudo ser en éstos, los que son ahora, sus primeros cuatro años de gobierno. Barack Obama comenzó su periodo en la Casa Blanca en 2008 como una suerte de rockstar; pero iniciará su segundo mandato el 20 de enero próximo, con más compromisos que aplausos, motivo de su popularidad. Y ya sin Hillary Clinton, quien, como hemos dicho, la apuntan como la próxima candidata demócrata... aunque ella aún, sigilosa, no asegura nada, más que su trabajo en nivel privado dentro de la vida política de EE.UU.

Y otro movimiento que vino a raíz de la elección en Estados Unidos es el de la legalización de la mariguana en Colorado y Washington. Hace unos días, sabíamos que el primer cálculo de los beneficios monetarios que traerá esta modificación a las leyes de esos estados van en los 283 millones de dólares anuales, producto de los ingresos tributarios que generará y del ahorro que cada estado tendrá en el costo del cumplimiento de las leyes que prohibían el uso de la mariguana con fines recreativos. Ambos estados se convierten, así, en modelos para el estudio real y no en supuestos, de lo que para una sociedad podría significar la legalización de la mariguana como una herramienta más para combatir el crimen organizado. Modernos, en eso, arrogantes y necios en otro punto, con su segunda enmienda que da oportunidad a quien sea de hacerse de un arma y las consecuencias de ello, que las viven hasta sus niños.

... Evidentemente el mundo no se acabó, sino que sigue avanzando entre todos sus contrastes: sus modos de operación de antaño y las nuevas formas de vivirse, a las que se obliga para no sentirse tan viejo.

*Esta columna fue publicada originalmente en Excelsior.com.mx.