Colombia tiene un sector de informática en salud muy desarrollado y adelantado en relación a todos los países de América Latina, especialmente en lo que tiene que ver con los sistemas de información hospitalarios. El sector de prestación de los servicios de salud tuvo que enfrentar el reto de volverse muy eficiente a partir de la entrada en vigencia de la Ley 100, de 1993, que en la práctica se convirtió en el eslabón débil de la cadena económica del sistema, al someterlo al poder de negociación de unos pocos y grandes compradores de sus servicios: las Empresas Promotoras de Salud (EPS).

Los prestadores de servicios de salud vieron en la Tecnología informática una fuente para mejorar sus procesos y servicios. Con el fin de atender esa demanda fueron creadas una serie de compañías para desarrollar soluciones que automatizan las diversas y complejas operaciones de los hospitales.

Hago un llamado al gobierno para que rápidamente expida la regulación que requiere esta interoperabilidad en salud, en la que no tiene que inventarse nada, sólo adoptar los estándares internacionales que ya están definidos y armonizarlos con la legislación local vigente.

Hoy en día, quienes por razón de nuestro trabajo debemos visitar hospitales y clínicas a lo largo y ancho de nuestro continente, podemos decir que los hospitales colombianos son líderes en temas de eficiencia administrativa y clínica, y que disponen de sistemas de información hospitalaria comparables con los de hospitales de Estados Unidos y Europa, y muy por encima de la mayoría de sus homólogos latinoamericanos.

Algo muy importante para recalcar es que esos hospitales nuestros, en su mayoría, usan tecnología desarrollada en Colombia para lograr ese cometido. Existen en el país al menos doce firmas de primer nivel, con experiencias de entre diez y 25 años en el mercado, que atienden las necesidades de nuestro mercado en materia de Informática en Salud y que exportan a la región sus soluciones de software y sus servicios de consultoría y soporte. Estas compiten de igual a igual con los proveedores globales que participan en este mercado.

En general, tales firmas han generado un gran capital intelectual, representado en productos, conocimiento y recursos humanos profesionales altamente capacitados. Son un sector con muy buen potencial de convertirse en líder en América Latina y el entenderlo y apoyarlo debe ser un tema prioritario para el Ministerio de Tecnologías de Información y Comunicaciones.

El sector de Informática en Salud en Colombia enfrenta un obstáculo importante: la ausencia de definición de los estándares de interoperabilidad que se requieren para que las instituciones, aunque usen sistemas de información de diferentes fabricantes, puedan intercambiar información relevante de los pacientes o puedan consultarla en un repositorio central nacional.

La ley 1438, de 2011, en sus artículos 112 y 113 estableció la obligatoriedad de esa estandarización, lo que permitirá una Historia Clínica Unificada y fijó como plazo el 31 de diciembre de 2013, como fecha en la que dicha regulación entre a operar. Sin embargo, la reglamentación de dicho registro electrónico en salud no ha sido ejecutada por el gobierno nacional, haciendo imposible para la industria su interoperabilidad y dejando, hasta ahora, como letra muerta lo que la ley ordena al respecto.

Este no es un tema meramente técnico ni menor, sólo a partir de esa interoperabilidad será posible consultar los antecedentes médicos de una persona que llega inconsciente a un hospital para saber si tiene alergias o patologías que deban ser conocidas por la institución que lo va a atender. Es gracias a esa interoperabilidad que no vamos a gastar buena parte del tiempo de consulta con el médico, repitiéndole toda nuestra historia clínica cada vez que consultamos un servicio de urgencias o de consulta externa como hoy nos pasa a todos los usuarios del sistema.

También es a través de esa estandarización que podremos tener una base de información que nos permita saber realmente de que nos enfermamos los colombianos, cuales son las enfermedades de cada época del año, de cada grupo de ciudadanos por región, sexo, edad y demás y así desarrollar políticas de salud pública en consonancia con nuestra realidad sanitaria.

Ha sido dramática la incapacidad de los entes gubernamentales encargados de esta reglamentación para definirla y promulgarla. Hago un llamado al gobierno para que rápidamente expida la regulación que requiere esta interoperabilidad en salud, en la que no tiene que inventarse nada, sólo adoptar los estándares internacionales que ya están definidos y armonizarlos con la legislación local vigente.

A partir de esto se podrá vivir una segunda oleada de eficiencia y orquestación inteligente de toda la red de prestación de servicios de salud, y se contará con la información y controles que eviten las distorsiones y dificultades de muchos de los problemas que hoy aquejan al sector de salud en nuestro país.

Tiene el país un gran aliado para lograr este objetivo en la industria local de informática en salud que hace posible con talento colombiano tener soluciones del primer mundo a precios que puede pagar nuestro atribulado sector hospitalario, y como efecto adicional tener una industria de alta tecnología, que genera empleo profesional de calidad, que hace innovación y que tiene un potencial exportador de alto valor agregado como pocos se pueden contar en Colombia.

Tiene Colombia el potencial de ser reconocida por su industria de Informática en Salud, como lo es hoy por su minería, su petróleo o su café y con unas implicaciones muy interesantes sobre empleo de alto perfil y exportaciones de alta tecnología. Hay que ponerle atención a esta industria que hasta ahora ha crecido por generación espontánea pero que requiere de políticas sectoriales que la impulsen.