No es secreto para nadie que la pandemia del COVID-19 aceleró la digitalización del comercio, llevando a modelos de negocio tan tradicionales como el de la comida preparada, a implementar procesos tecnológicos para la venta y distribución de sus productos.

Este proceso fue sólo la aceleración de una realidad que se viene dilucidando, y haciendo necesaria desde hace varios años. La digitalización del comercio es sólo un nuevo peldaño en la evolución constante, del cómo el ser humano ha intercambiado valor por bienes y servicios.

Nos podemos remontar a épocas primitivas en las cuales los sistemas de trueque permitían a pequeñas comunidades el intercambio de productos como pieles o comida. Avanzando en el tiempo, aproximadamente ya para el año 500 A.C, y mejorando tanto el intercambio de valor y las vías de distribución, es que este tipo de trueque evolucionó permitiendo el intercambio de metales preciosos acuñados por superávit o abundancia de bienes entre distintas naciones. Con este concepto, ya se sientan las bases de lo que conocemos como comercio moderno, el cual permite dejar de lado los sistemas de trueque y entrar de lleno en los sistemas de intercambio de valor estandarizados y la comercialización internacional de productos.

Fast forward en el tiempo y tras la disrupción del internet es que por los 90 se dio un nuevo paso en la evolución del comercio, el cual hasta ese momento se basaba fuertemente en la venta presencial, y permitió entrar de lleno al comercio electrónico con empresas como Ebay y Amazon, que dieron los lineamientos del cómo un e-commerce debe operar correctamente. Es desde allí, que el comercio electrónico ha empujado al tradicional, ya que el consumidor ha empezado a indicar los lineamientos de sus propias necesidades...

Por otro lado, las siguientes tendencias del comercio electrónico comienzan ya a dilucidar y se basan 100% en las necesidades de un nuevo tipo de consumidor. Este sitúa como foco principal las siguientes características para tomar una decisión de compra:
 

  • Personalización de la experiencia de compra
  • Instantaneidad en la compra

Sobre la personalización de la experiencia de compra, la tendencia implica que los consumidores buscan que los canales de venta conozcan no tan sólo sus necesidades, sino también que puedan anteponerse a ellas en base a sus gustos y preferencias. Es así como esperan que apps de venta de comida puedan dejar de ofrecerles ofertas de hamburguesas si es que ellos son vegetarianos, por ejemplo.

Respecto a la instantaneidad en la compra, cuenta no sólo al hecho de poder realizar un pago de forma instantánea por los productos que deseo comprar, sino que también en la rapidez de tener ese producto en mis manos. Esta necesidad, ha empujado a los nuevos modelos de negocio como es el caso de los dark stores, que permiten comprometer tiempos de entrega de máximo 15 minutos de un repertorio de productos limitado, con la considerable inversión en tecnología para poder optimizar las rutas de distribución y los procesos de última milla que están realizando jugadores importantes del mercado como Mercado Libre y Amazon.

Estos dos puntos son sólo un segmento de múltiples tendencias que hemos ido identificando respecto a cómo el comercio electrónico va a seguir evolucionando en los siguientes años y cómo debemos acompañar y apoyar a nuestros partners en estas ágiles y constantes evoluciones, especialmente en Latinoamérica.