Gracias a las movilizaciones estudiantiles la política en Chile se ha reencontrado con la ciudadanía. Jóvenes, regiones, mapuches, medio ambientalistas, defensores de la ciudad, pescadores artesanales, trabajadores mineros subcontratados, usuarios del transporte, homosexuales, juntas de vecinos, entre otros, se han lanzado a las calles para exigir del Estado los derechos que les corresponden.
Las reivindicaciones ciudadanas, soterradas durante largas décadas, han emergido vigorosamente durante el gobierno de Sebastián Piñera. Al presidente actual se le identifica como símbolo de las desigualdades y abusos. Sin embargo, la ciudadanía se ha dado cuenta que sus problemas cotidianos trascienden la autoridad de turno. Encuentran su raíz en un sistema económico-social injusto y en un orden político excluyente que ha perdido legitimidad. Ello explica la descalificación que hace la opinión pública de toda la institucionalidad política: el gobierno, la derecha, la oposición y el Parlamento.
Más allá de la heterogeneidad de las demandas existe un clamor generalizado por una nueva distribución del poder en la sociedad chilena, con exigencias de participación directa de la ciudadanía en los asuntos del país. En este cuadro, las elecciones municipales en la comuna de Providencia se han convertido en una batalla emblemática. Entre Josefa Errázuriz, candidata ciudadana independiente y Cristián Labbé, ex coronel de Ejército y actual alcalde de la comuna.
Si los nuevos votantes, principalmente jóvenes, acuden masivamente a las urnas en el próximo mes de octubre, el triunfo ciudadano tiene altas posibilidades de éxito.
Las encuestas de opinión pública muestran a Josefa Errázuriz con una seria posibilidad de triunfo, fenómeno sorprendente dadas las cifras aplastantes con las que había ganado Labbé la alcaldía en oportunidades anteriores. Es que el país ha cambiado y hoy día la ciudadanía demanda mayor democratización y participación directa en los asuntos nacionales y locales. Errázuriz se encuentra en sintonía con ese clamor de la sociedad chilena. Y lo demuestra con el apoyo a las movilizaciones estudiantiles, su trabajo con las organizaciones sociales y su independencia de los políticos tradicionales.
El actual alcalde Labbé representa exactamente lo contrario. Candidato de la derecha dura, constituye el símbolo del autoritarismo y alejado de cualquier demanda de democratización, nacional o comunal. Más allá de sus oscuros antecedentes durante la dictadura militar, cometió el grave error de favorecer en el municipio de Providencia un homenaje a Miguel Krasnoff, agente de la DINA, condenado a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad. Mientras, por otra parte, se ha convertido en uno de los principales enemigos de las reivindicaciones estudiantiles, reprimiendo con inusitada violencia los colegios que protestan e impidiendo a sus dirigentes la continuidad de sus estudios.
El contrapunto tiene ribetes programáticos. La candidatura Errázuriz se compromete a institucionalizar la participación ciudadana en todos los ámbitos de decisión trascendental para los vecinos. En su programa destaca que el presupuesto y la planificación urbana contarán con una intervención efectiva de la comunidad, mientras que otras decisiones clave de la comuna incluirán plebiscitos vinculantes. Contraste manifiesto con el ejercicio del poder de Labbé, quien ha mantenido a los vecinos ausentes de las decisiones que les competen. Se ha caracterizado, en cambio, por su subordinación a los empresarios de la construcción, quienes han levantado edificios de forma indiscriminada, con monstruos arquitectónicos, como el mall de Costanera Center (del empresario Horst Paulmann Kemna, dueño de Cencosud), repudiado por todos los vecinos de Providencia.
Desde las mismas primarias, la candidatura de Errázuriz ha concitado el apoyo de variadas organizaciones sociales, muy especialmente de los jóvenes. Esto es de suma relevancia, ya que la comuna ha aumentado el contingente electoral en 40%, gracias a la inscripción automática y el voto voluntario. Si los nuevos votantes, principalmente jóvenes, acuden masivamente a las urnas en el próximo mes de octubre, el triunfo ciudadano tiene altas posibilidades de éxito. Josefa Errázuriz representa con propiedad las demandas de democratización, participación y distribución equitativa del poder que la sociedad viene exigiendo. Por ello, la batalla de Providencia es emblemática.