Días tras las elecciones generales peruanas, un tweet de People for Bernie, compartido también por Progressive International –organización política progresista, fundada por el senador demócrata Bernie Sanders– causó revuelo en las redes sociales.

La publicación consistía en emoticones de lapiz, evidentemente, en apoyo del partido Perú Libre, cuyo símbolo es precisamente este. La respuesta de muchos peruanos fue crítica, enfatizando cómo la postura del partido, por más que sea también de izquierda, es contraria al progresismo en casi todos sus aspectos.

Perú Libre representa una izquierda autoritaria y conservadora en materias sociales, con posturas sinceramente anacrónicas, y cuyos integrantes han abiertamente declarado intenciones antidemocráticas. Estas intenciones quedaron más que claras en el audio de Guillermo Bermejo, congresista electo por PL para el periodo 2021-2026, en el cual proclama felizmente que una vez en el poder no habría quien los saque, además de tildar de “pelotudeces” a los procesos democráticos.

Sin embargo, la percepción sobre Perú Libre es muy distinta en el exterior. Conversando o leyendo los comentarios de personas –en la mayoría de casos– fuera de Latinoamérica, notamos una creencia compartida que al ser de izquierda, se trata necesariamente de una organización de corte progresista. Esto, en mi opinión, se debe a una concepción “americanizada” de la política.

Para muchas personas, principalmente del ‘norte global’, la idea de una izquierda conservadora, nacionalista y antidemocrática corresponde a siglos pasados. Esto no es de extrañar en lo absoluto, pues sencillamente no cuentan con una representación significativa de esta clase de izquierda. La organización más notable dentro de la izquierda estadounidense es la facción del partido demócrata Democratic Socialists of America, que cuenta con figuras como Alexandria Ocasio-Cortez o Rashida Tlaib. Asimismo, podemos tomar como ejemplo a Jacinda Andern, primera ministra de Nueva Zelanda, quien representa también a una centro-izquierda progresista.

No es inusual que exista un desconocimiento sobre los partidos políticos de países ajenos al propio. A excepción de quienes se desempeñen en política internacional, o quienes estén interesados en estos temas, se suele tener, a lo mucho, una idea general de limitados casos. Precisamente por esto, tendemos a tomar como referencia partidos o figuras puntuales que nos resulten más familiares, lo cual no es en sí un problema. Sin embargo, se torna en uno cuando asumimos que se tratan de posturas u organizaciones similares sin corroboración alguna.

La política estadounidense se ha convertido en un referente semi-universal, y muy seguido se comete el error de asumir que la política extranjera refleja el modelo americano. Esto se traduce en desinformación y opiniones imprecisas, llegando a un entendiemiento nulo sobre la realidad de otros países. No hay ejemplo más claro que, precisamente, el tweet de People for Bernie, que muestra apoyo a un partido opuesto a todos sus valores, por asumir que, al ser de izquierda, se trata de una izquierda como la americana.