Es el año de Inglaterra, qué duda cabe. Junto al Jubileo por los 60 años en el trono de la reina Isabel II, estamos en el desarrollo de los Juegos Olímpicos, un acontecimiento que está transformando el look de la capital inglesa e impactando las marcas de Inglaterra entera y de Londres en particular.
Respecto de lo primero, la visita de miles de extranjeros impactará a hoteles, restoranes, transporte, e infraestructura en general. Junto a esto, la ciudad presenta una identidad muy bien estudiada y que contempla a todos los puntos de contacto relevantes, desde automóviles oficiales, a los aviones de la British Airways con los logos en sus costados, la Villa Olímpica y los nueve “The London 2012 Shop”.
Estas últimas son las tiendas oficiales donde se venderán cientos de productos de merchandising, instalándose uno de ellos en el más famoso aeropuerto inglés, el Heathrow, que avisa a los londinenses y visitantes que la mesa ya está servida para iniciar la fiesta.
Hay que hacer una salvedad. El futuro inmediato de esta ciudad (y país) será auspicioso en imagen y probablemente como “destination brand” en la medida que la seguridad funcione a la perfección, y se desbarate desde los cimientos cualquier intento terrorista de atentado.
Las autoridades, organizaciones y agencias a cargo del evento, también fueron creativas al intervenir las estaciones del underground, con una señalética ad hoc que entre otras cosas, llevó a cambiarle los nombres por deportistas olímpicos, y en donde el tenista chileno Fernando González tiene su espacio. Esta implementación inteligente asociada a diversos puntos de contacto, hacen que la ciudad misma sea el primer soporte de la marca de los Juegos Olímpicos “London 2012”.
En efecto, si se piensa en logos de ciudades como “I love NY” es probable que inmediatamente se venga a la cabeza de qué estamos hablando. Londres tiene el ícono del “underground” (metro) londinense, bastante menos popular a nivel mundial, pero que ahora las Olimpíadas y estas intervenciones entretenidas lo ayudan a alcanzar un grado de altísima recordación y relevancia.
Marca-Ciudad muy valorada. Por otro lado, la marca “London” está en lo más alto del posicionamiento, impulsada por una imagen y marca aún más potente y transversal en el tiempo: los Juegos Olímpicos. La capital obtiene de las Olimpíadas un reforzamiento de los valores de historia, herencia y tradición (monarquía, por un lado; antiguos griegos, por el otro).
Dicho posicionamiento de la ciudad también está dado por la cultura. Este año, en la mayor celebración cultural de la historia, alrededor de 2.500 proyectos culturales se han estado realizando en Londres, en lo que se ha denominado The London 2012 Cultural Olympiad.
Asimismo, también se ha explotado conceptualmente a Londres como una ciudad líder en prácticas asociadas al vivir mejor o a la vida sana, por ejemplo, a los métodos de alimentación orgánica y a métodos vanguardistas de reciclaje, que involucra a los ciudadanos.
No sólo Londres se verá beneficiado. Sus alrededores como Cambridge y Oxford –gracias a las competencias de remo, entre otros- también se empapan de este espíritu, y al final toda Inglaterra e incluso Gran Bretaña. Hace poco leía un artículo respecto de los beneficios que este evento tendrá para los escoceses.
Todo esto apoyado por unas redes sociales que han tomado una fuerza inexistente hace cuatro años; Twitter, Facebook y miles de blogs también serán protagonistas de la fiesta, accediendo a información inmediata.
Hay que hacer una salvedad. El futuro inmediato de esta ciudad (y país) será auspicioso en imagen y probablemente como “destination brand” en la medida que la seguridad funcione a la perfección, y se desbarate desde los cimientos cualquier intento terrorista de atentado.