Conforme pasa el tiempo van surgiendo nuevos polos de inversión, donde la magia y la ficción son capaces de convivir en mundos virtuales con el objetivo de transformar ese espacio digital en lo que tu quieras, así como los juegos en el metaverso, pasando a ser tendencia y ganando un valor y relevancia inesperados hasta hace unos años atrás.
En una época solo se trataba de entrar y jugar, hoy, la experiencia alcanzable dentro de juego nos permite alzar verdaderas ciudadela y negocios virtuales, incluso en conjunto a personas que se encuentran en otra parte del mundo, pero conectados en la misma plataforma.
A esta corriente de iniciativas innovadoras que toman valor, se suman los denominados “ecosistemas”, que, valga la redundancia, son sistemas donde conviven múltiples partes. Un ejemplo de esto es el App Store de Apple, que cabe destacar como la primera tienda virtual de aplicaciones móviles que se creó.
En este espacio, cualquier individuo que cuenta con una licencia de desarrollador puede aportar y crear apps, lo que brinda un nivel de generación de contenido externo importante para la App Store, detalle que además le entrega creatividad, variabilidad, un rápido crecimiento e importantes comisiones para el intermediario, Apple en este caso.
La compañía otorga el 70% de los ingresos de la tienda directamente al vendedor de la aplicación y el otro 30% corresponde a Apple. En 2017, desde la empresa señalaron que los desarrolladores habían facturado más de US$ 70.000 millones a través de la App Store.
Hablamos de una plataforma con un valor total de varios miles de millones de dólares, en la que se generan más de 600 juegos al día, renovación constante que le otorga amplia durabilidad, además de frescura y visión a largo plazo.
Como la App Store existen otros ecosistemas, así como algunos juegos en el metaverso, destacando Roblox, The Sandbox y Maná, donde las personas crean su propio avatar y, a través de él, pueden aportar a este mundo virtual, con nuevos juegos y experiencias.
En el caso de Roblox, desde octubre de 2019, la plataforma cuenta con más de cinco millones creadores de juegos, y alrededor de 200 millones de jugadores activos mensuales, los que han registrado más de 450 millones de horas de juego.
Por su parte, The Sandbox es un metaverso basado en Ethereum que permite a los usuarios comprar terrenos virtuales y personalizarlos con juegos y experiencias. Su impacto ha sido tal que celebridades y marcas han acudido a este espacio, como Snoop Dogg, Adidas, Paris Hilton, The Walking Dead y Gucci, entre otros.
Todas estas características convierten a los ecosistemas en espacios valiosos para sus usuarios, cuyo constante crecimiento llama la atención de las empresas y los ponen en la lupa del mundo inversionista.
A pesar de todas estas señales, no es fácil comprender la proyección de una comunidad de este tipo, donde a las personas de generaciones más antiguas les cuesta ver el valor de los ecosistemas, hasta que el conjunto pasa a ser demasiado grande como para seguir ignorándolo.
Por ende, para aprovechar el impulso de esta tendencia se puede invertir en la acción específica de cada empresa que contempla este tipo de plataforma, como Apple, Google y Roblox, o también en algún ETF temático, así como “ETF METV” enfocado en el metaverso.
De cualquier forma, es importante estar atentos a los avances de los ecosistemas y tomarse el tiempo de poner el ojo en los juegos y espacios virtuales de cooperación masiva que están por venir, los cuales seguirán con un importante crecimiento y sumando adeptos, así como Axie Infinity, Drunk Robots, Sunflower Land, Ascenders, Metashooter, Genesis Worlds, Open Sea, Tiny Colony, Metawana, Green Rabbt, Metamon Island, entre otros.
Su llegada se traduce en nuevas e innovadoras oportunidades de inversión para todos, y mientras estas sigan apareciendo nos volveremos a encontrar, tal vez no en un café, sino que tras nuestros avatares en el metaverso.