En los últimos años, silenciosamente en un comienzo -y en especial desde los círculos académicos-, ha surgido un nuevo concepto: “Internet of Things” (IoT) o “Internet de Cosas”. Aunque el nombre por sí mismo ya revela de qué se trata, aun no se percibe el potencial impacto en su totalidad... poco a poco iremos notando su influencia en nuestras vidas.
Las cifras hablan de la omnipresencia de internet, pues hay más dispositivos que personas conectadas. Según Gartner, en 2011 hubo más de 15 mil millones de cosas en la web, con más de 50 mil millones de conexiones intermitentes”, cifra que se espera ascienda a 40 mil millones sólo en 2020.
Vista aún por muchos como una tecnología de avanzada, esta tendencia significará eliminar la incertidumbre en la toma de decisiones de negocios, mejorar la satisfacción de los clientes, así como un también brindar un óptimo control de todo tipo de máquinas que faciliten la realización de tareas cotidianas
Cuando hablamos de Internet of Things, nos referimos a millones de dispositivos de todo tipo, a diversos aparatos electrónicos conectados a internet, generando un altísimo volumen de datos que pueden convertirse en información para ser aplicada en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana.
La Internet de las Cosas ya es parte de la realidad cotidiana, puesto que hoy existen, además de los computadores personales, smartphones y tablets, una serie de electrodomésticos y aparatos que disponen de conexión a la red. Así, a los televisores, refrigeradores y a cualquier tipo de sensor se suman los automóviles o incluso los marcapasos.
Se prevé que casi todas las máquinas y muchos otros objetos, incluyendo la ropa, podrían eventualmente formar parte de esta nube de datos, interactuando sin intervención humana en muchos casos dándole forma a la comunicación entre máquinas o M2M (Machine to Machine).
Es por eso que el impacto de la IoT es difícil de dimensionar, aunque se estima que la principal consecuencia de esta tendencia será transformar el mundo y sociedad en algo verdaderamente digital. Sin embargo, en la medida en que vaya materializándose, irá generando también múltiples desafíos tecnológicos: desde el punto de vista técnico, la internet actual no está preparada para soportar la intercomunicación de tantos dispositivos heterogéneos, ya que ni sus servicios ni protocolos de comunicación utilizados actualmente fueron pensados para cumplir ese objetivo.
La transformación y aplicación de la IoT. Apoyada con tecnología de sensores, identificadores de radiofrecuencia, agentes y aplicaciones automáticas, entre otros sistemas, la IoT no dependerá de los seres humanos y supondrá un intercambio sin precedentes de datos entre máquinas. Una interacción que tendrá un impacto, tanto en lo referido a automatización y mejor control de tareas y procesos, como en ámbitos tan diversos como el de la toma de decisiones de negocios hasta la salud.
Ejemplos de automatización y control son el campo de la logística y transporte. La IoT ayudará a optimizar el movimiento inteligente de las cargas a través de la sincronización continua de datos en las cadenas de provisión, permitiendo una comunicación inteligente entre las personas y las cargas, pudiéndose localizar y auto identificar a los productos, mejorándose el sistema de flujos de materiales.
Otro ámbito donde se prevé un alto impacto es el del retail, un segmento en donde se espera que el impacto de la IoT comience a aplicarse cada vez más frecuentemente en los próximos cinco años. En esta área la Internet de Cosas revolucionará el paradigma actual de las compras, desde la manera en que comparan precios hasta la información que se provee a los usuarios. Esto redundará, sin duda, en que las empresas mejorarán el servicio al cliente, incrementando como nunca antes su nivel de satisfacción.
Asimismo, se prevé importantes aplicaciones de la IoT en el ámbito de la salud, donde los dispositivos ayudarán a monitorear remotamente la salud de los pacientes, por ejemplo. Es que en el futuro la penetración de esta tendencia podría ser tal, que significará el surgimiento de verdaderas “ciudades inteligentes”, donde la automatización de muchas tareas cotidianas llegará al máximo y en donde los habitantes podrán incrementar fuertemente la calidad de vida.