Algo que quedó en evidencia con la irrupción de la pandemia es que la forma como solíamos interactuar cambió sustancialmente. Esas habilidades “naturales” que a muchos nos resultaban útiles y redituables en el mundo presencial, perdieron piso ante el incremento exponencial de la virtualización debido a la pandemia. Por ello, es tiempo de reforzar nuestras inteligencias para afrontar con mayor éxito la distancia virtual que actualmente existe entre las personas.

Uno de los aportes más importantes en el campo del autoconocimiento ocurrió en la década de los 80, cuando Howard Gardner planteó que la inteligencia no podía ser clasificada sólo como lógico – matemática y lingüístico-verbal–, sino que las personas contábamos con otras inteligencias. De hecho, en su libro: “Estructuras de la mente: Teoría de las inteligencias múltiples”, Gardner planteó la existencia de seis inteligencias más: corporal-cinestésica, –visual, espacial, musical, naturalista, intrapersonal, y la interpersonal–. Este aporte replanteó el paradigma en el campo de la educación, ampliándola y enriqueciéndola. Su aporte se vería luego enriquecido por otros autores, entre ellos el de Linda Campbell quien planteó las formas cómo podíamos aterrizar actividades y prácticas para el desarrollo de estas inteligencias.

Hoy en día, en que muchas de nuestras relaciones se han virtualizado en aspectos tan cotidianos como las compras, las clases que brindamos o recibimos, la comunicación con amigos o las labores del trabajo; tenemos una gran oportunidad para desarrollar nuestras otras inteligencias para recuperar la “calidad de la interacción” con nosotros y con las personas. 

A continuación, las otras inteligencias que podemos fortalecer:

  • Inteligencia intrapersonal: la que nos permitirá conocer y comprender por qué nos sentimos como nos sentimos, reconocer estados afectivos que nos pueden estar afectando como la frustración o ansiedad. Esta inteligencia nos permite buscar respuestas a nuestros estados emocionales mediante la reflexión, atención plena o el dialogo interno, para lograr un beneficio propio y de los demás. Algunas recomendaciones para ejercitarla:

-Escribe cómo te sientes ante determinadas situaciones.

-Define tus emociones y sentimientos en determinadas circunstancias.

-Pregunta que es lo que te incomoda o agrada de las personas o sucesos.

  • Inteligencia interpersonal: para ser conscientes y comprender por qué algunas personas se comportan de forma determinada, para reconocer cómo podemos estar afectando con nuestro comportamiento a otras personas y también para apreciar a aquellos que supieron capear el temporal de cambios y cómo aprovechar su experiencia en beneficio propio. Para desarrollar esta inteligencia, puede ser de utilidad:

-Plantearse las razones de por qué alguien se comportó de un modo dado.

-Observar personas conversando e intuir su estado de ánimo.

-Ubicarte en el contexto de las personas (edad, estado de salud, momento económico, procedencia geográfica) para tratar de comprender las cosas desde su punto de vista.

-Tratar de explicarte y practicar la mejor forma que puedes adoptar para que una persona te entienda y comprenda.

  • Inteligencia corporal-cinestésica: para respetar y atender al cuerpo y no dejar que éste se atrofie por la menor movilidad. Para disfrutar de la magia de lo simple que hemos podido dejar de lado por la velocidad de las cosas. Para desarrollar esta inteligencia, te puede servir:

-Aprovechar el fin de semana para preparar un plato que te gusta. Si no sabes cocinar, puede ser divertido seguir una receta. Además, disfrutarás del placer de la creación.

-Prestar atención para disfrutar de los sabores, fragancias, y así redescubrir la magia de lo cotidiano.

-Disfrutar de la sensorialidad de tu cuerpo y el contacto de tu ser con el mundo: bailar, tocar objetos, sentir los rayos del sol, caminar, hacer bici.

  • Inteligencia naturalista: la que nos permite reconocer nuestro lugar en el mundo y cómo estamos conectados con él. Esta inteligencia nos permite desarrollar la humildad, la cual es la llave para aceptar las circunstancias, paso fundamental para hacernos cargo y empoderarnos ante situaciones o problemas. Para desarrollar esta inteligencia, te recomiendo:

-Elaborar una cadena de sucesos que explique que una tarde de invierno se torne soleada, o a la inversa.

-Reconocer un objeto de tu casa, como una mesa, y averigua su tipo de madera, cómo se transformó y el recorrido que hizo para llegar a ti.

-Comprar una maceta, junta tierra fértil y siembra una planta que te guste, cuídala hasta que dé sus frutos.

El desarrollar estas inteligencias nos permitirá no solo adquirir la capacidad de comprender el mundo en las actuales circunstancias, sino que, cuando retornemos de forma gradual a las condiciones previas, contaremos con mayores habilidades que nos permitirán disfrutar en gran medida de interactuar contigo mismo y con las personas.

Y porque además se disfruta más de aquello que estuvo a punto de perderse.