Los mercados bursátiles latinoamericanos iniciaron el mes de junio en terreno positivo, apoyados por una semana de reportes de PMI´s manufactureros de los países más industrializados del mundo con recuperación en el mes de abril y a la reapertura de actividades que estaban restringidas por la pandemia de varios países en Europa y Estados Unidos, aunado a las noticias sobre una posible vacuna para enfrentar el COVID-19 que ha llevado a la economía global a una recesión.

Tras un par de meses, en los que se vivió lo peor de la recesión económica debido a la pandemia del COVID-19, los inversionistas reaccionaron positivamente ante una secuencia de noticias esperanzadoras que pudieron prever el fin de la caída de los mercados y estimar una recuperación más rápida a lo esperado.

De hecho y pese a los diversos problemas, como las revueltas en Estados Unidos, la represalia china y la pandemia, las bolsas siguen centradas en una sola cosa: la reapertura de la economía.

Los mercados latinoamericanos tienden a tener una correlación muy estrecha con Wall Street, donde los inversionistas estadounidenses deciden ignorar la tensión que se vive en su país desde el asesinato de George Floyd a manos de un policía, y en su lugar, se vuelven a centrar en la reapertura del país.

El mercado puede empezar a descontar la situación que se vive en Estados Unidos si las protestas se alargan más allá del verano, poniendo incluso en peligro los planes de reapertura de la economía y dañando a la confianza del consumidor.

También los mercados en Europa han iniciado el mes al alza, mientras que, en Asia, las bolsas han cerrado de igual manera con sólidos avances pese a que sigue preocupando la tensión entre China y Estados Unidos.

Pese a todo, pocos se atreven a anticipar cuándo y cómo van a volver las caídas a las bolsas y la mayoría, aunque con prudencia, consideran que este buen tono continuará de no surgir algún factor de riesgo imprevisto, como podría ser un empeoramiento de las tensiones entre Estados Unidos y China que provoque la ruptura del acuerdo comercial firmado en diciembre entre ambas potencias. Yo como analista de mercados para México y Latinoamérica difiero de esta idea, y considero que una nueva tendencia a la baja, que podría llevar a los mercados a niveles por debajo de lo que se vivió meses atrás, será inminente.

El COVID-19 afectó directamente a la cadena de suministro a nivel mundial, llevando a la población a resguardarse en sus hogares, lo cual llevó a una caída profunda del PIB de todos los países. Los efectos llegaron a América Latina en las últimas dos semanas del primer trimestre de 2020 e impactaron directamente a toda la operación económica del segundo trimestre de 2020. Ante esta situación, los mercados latinoamericanos sufrirán una nueva caída más profunda a la que vimos meses atrás, debido a que los efectos de la pandemia del COVID-19 se verán reflejados en los próximos meses.

Entre las consecuencias negativas más importantes que nos dejará el COVID-19, podemos resaltar dos efectos que profundizarán a los mercados en América Latina.

Primeramente, llegarán los malos resultados de los reportes financieros del segundo trimestre de las empresas. Se estima una caída del 40% en los ingresos de las empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores para el cierre de 2020.

Como consecuencia, desempleo. El desempleo será una de las principales consecuencias del COVID-19 en el mundo. En Estados Unidos se estima una pérdida de 8 millones de puestos de trabajo, en Alemania las personas desempleadas ascenderían a 4 millones, mientras que en México prevemos una reducción de 12 millones de empleos para el cierre de 2020.

Junto con esto, una intensificación de los conflictos comerciales entre Estados Unidos y China podría profundizar la recesión económica a nivel global.

Para finalizar este análisis de expectativa del comportamiento futuro de los mercados latinoamericanos, me gustaría recomendar a todos los lectores latinoamericanos que seamos solidarios y apoyemos al comercio local.