Con la victoria del general Otto Pérez Molina y de Roxana Baldetti quedó cerrado el proceso electoral de 2011. Pronto será el momento de analizar y de comentar las decisiones de los dos dirigentes patriotistas en cuanto a la integración de su gabinete y sus planes de gobierno. Por ahora creo necesario comentar algunas de las lecciones de la elección, derivadas de los problemas sufridos a lo largo del tiempo de la lucha electoral, con el objetivo de evitar en lo posible su repetición en las elecciones programadas para septiembre del 2015.
Estas lecciones se deben, en muchos casos, a las peculiaridades ocurridas durante el desarrollo de todos estos meses de combate político entre los numerosos aspirantes a la presidencia de la República.
Es motivo de análisis el aparecimiento y trayectoria del doctor Manuel Baldizón. Su participación y el estilo de actuar demostraron el peligro representado para la democracia por la presencia de aspirantes con habilidad oratoria utilizada para engañar y para dar falsas esperanzas. Siempre quedé pasmado por su capacidad para salirse por la tangente o para hacer afirmaciones audaces, por llamarlas de alguna manera. La lucha electoral tuvo en él a alguien con la capacidad de hacer las promesas más extrañas, fuera de lugar o simplemente irrealizables. El hecho de haber llegado al segundo lugar en la batalla electoral es, en sí mismo, preocupante porque demuestra la existencia de una ciudadanía fácil de ser engañada por su buena fe.
Otra lección la dictó lo ocurrido en el Tribunal Supremo Electoral, cuya existencia misma se vio en riesgo como consecuencia de las acciones específicamente dirigidas a desprestigiarlo a través de impedirle su acción a tiempo en muchas áreas. Es necesario cambiar los criterios para decidir la escogencia de sus integrantes. Sobre esto creo ver una mayoría de criterio favorable. En las siguientes semanas es imperativo iniciar un movimiento de depuración de algunos de los actuales integrantes, a la luz de sus actuaciones a lo largo de su período. La democracia depende en grado sumo de la integración del TSE con personas no solo capaces, sino conscientes de su papel histórico, y no de ser simples lacayos del oficialismo o de un partido.
Es motivo de análisis el aparecimiento y trayectoria del doctor Manuel Baldizón. Su participación y el estilo de actuar demostraron el peligro representado para la democracia por la presencia de aspirantes con habilidad oratoria utilizada para engañar y para dar falsas esperanzas.
La siguiente lección se refiere a la necesidad de utilizar la mejor tecnología posible, y a estar atentos a cualquier manipulación en este campo. La primera vuelta se atrasó más de lo necesario a causa de la manera como por lo menos uno de los encargados manejaba los equipos. Es ineludible también entrenar a los representantes de los partidos e integrantes de las juntas receptoras de votos, para seguir un orden en el envío de los resultados. Obviamente, primero deben hacerse públicos los de presidente, luego los de diputados, después los alcaldes y hasta de último el Parlamento Centroamericano. Eso reduce el tiempo para poder hacer públicos los resultados electorales y con ello afianzar la confianza ciudadana en el proceso de los comicios.
Para evitar la burla de los partidos políticos respecto de las decisiones del TSE, este debe imponer castigos relacionados con la permanencia de los candidatos, por ejemplo. Las elecciones ciertamente no son la única manifestación de democracia en una sociedad, pero sí ayudan a considerarlo así. Son consideraciones presentadas de manera muy amplia, porque cómo realizarlas es motivo de otro análisis. La combinación de los factores causantes de sugerir los cambios indicados, y otros más, fue la razón por la cual por algunos momentos muchos ciudadanos llegaron a temer en el fin de las elecciones aceptadas por todos. Muchos de estos cambios dependen de la voluntad política presidencial por impulsarlos. Por eso constituyen un reto.
*Esta columna fue publicada originalmente en PrensaLibre.com.