El misterio que tenía a todo el país en un vilo quedó develado; finalmente la gente pudo dormir tranquila y volver a sus actividades normales cuando el Partido Nueva Alianza designó a su candidato presidencial. Mucha gente se alegró porque pensaron que finalmente llegaba a la contienda electoral un candidato carismático, con empatía y reconocimiento de la gente, pero sufrieron una desilusión al darse cuenta de que no se trataba del profesor A.G. Memelovsky, el científico de la serie Burbujas, sino Gabriel Quadri.
Se podría decir que Quadri es un ecologista, pero no porque le gusta salvar animales y por eso está tratando de hacer algo por el Panal, sino porque fue Presidente del Instituto Nacional de Ecología, y siempre ha estado relacionado en temas medioambientales.
Fue un largo viaje para este partido. Se escucharon distintos nombres: Jorge Castañeda, Rosario Robles, Kate del Castillo, Esteban Moctezuma, pero nadie dio su brazo a torcer. Luego abrieron su abanico y buscaron otras opciones. Querían a alguien conocido y le ofrecieron la candidatura al señor de los tamaleeees oaxaqueeeeeños, que tampoco aceptó. Trataron de subastar la candidatura pero nadie se inscribió; la pusieron al dos por uno: la presidencial y otra a una diputación para un familiar por el mismo precio y nada. Hasta que finalmente Gabriel Quadri dijo que sí. Se llegó a pensar que habían ido por él a una estación de investigación en el Polo Norte, donde estaba congelado y fuera de contacto con el mundo, pero la verdad la contó el propio candidato.
La candidatura se preparó, cocinó y sirvió —literalmente— en una cena. Debió haber sucedido algo así: “Gabriel, ¿no quieres ser nuestro candidato presidencial? ¿Me pasan el pan, por favor? —¿Es una broma? ¿No hay más ensalada? —No, en serio, ¿tienes algo más importante que hacer en estos meses? —Aprender macramé —No te preocupes, puedes combinar las dos actividades.
Quadri es el nuevo cliente de las críticas y la guerra sucia, porque además se puso de pechito al asociar su nombre con Elba Esther Gordillo y servirle de Juanito, pero recargado.
Quadri no se tuvo que enfrentar a encuestas como lo hicieron Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador, o a un proceso interno desgastante como el de Acción Nacional. Él fue elegido por los estatutos del Panal, que señalan que cualquier decisión deberá tomarse a través de una cena, un volado o una llamada de Elba Esther Gordillo.
No la tiene fácil; su difícil misión será logar que el Panal se consolide como la única y verdadera cuarta fuerza política y mande al “voto nulo” hasta la quinta posición. Por ello y para estar a la altura de sus contrincantes, el ecologista hará mítines multitudinarios en la sala de su casa.
Seguramente no hará guerra sucia porque es ecologista y no quiere nada que “contamine” el proceso, pero al aparecer, en la escena nacional no tardarán en salir sus pecados, y sus errores serán magnificados hasta el infinito.
Porque a estas alturas se ha puesto en evidencia cuáles serán los flancos de ataque para cada candidato presidencial. Al abanderado priista, Enrique Peña Nieto, buscan colocarlo como un candidato de aire, ignorante, mujeriego y con amigos priistas de dudosa reputación que representan lo peor de un partido; Josefina Vázquez Mota, como una mujer que no tiene ni la experiencia ni la fuerza para gobernar un país, además de que representa más de lo mismo, incluyendo la violencia que vive el país.
A Andrés Manuel López Obrador se le sumó esta semana, además de que es un intolerante y un peligro para México, que ya está flaco, ojeroso, cansado y sin ilusiones. Tanto así que en una reunión con empresarios dijo que si perdía limpiamente en esta ocasión, se iría “a la chingada”. Inmediatamente hubo quien se flageló gritando que esa era una prueba irrefutabilísima del estado de ánimo del perredista “ahora sí, ya denlo por muerto”. Luego se supo que “La Chingada” es un lugar donde dan ganas de mandar a muchos de los políticos, pero también es la finca, propiedad del tabasqueño. La exageración con que se trató el tema deja muy claro que nadie les va a conceder nada a los candidatos.
Quadri es el nuevo cliente de las críticas y la guerra sucia, porque además se puso de pechito al asociar su nombre con Elba Esther Gordillo y servirle de Juanito, pero recargado. Por lo pronto, ya corren apuestas sobre por quién declinará antes de que acabe el proceso electoral.
*Esta columna fue publicada originalmente en Excelsior.com.mx.