Se abrió el debate acerca de la posible implementación de un sistema de jornada laboral flexible en tiempos de crisis. Algunos sectores apoyan la medida y otros la rechazan por temor a un impacto en los salarios. Lo cierto es que la flexibilidad horaria no es un concepto negativo en sí, en los países europeos es visto como una medida positiva para empresarios y trabajadores.
El horario extendido está muy arraigado en nuestra cultura. Los chilenos trabajan 8,3 horas al día en promedio (ENCLA 2008). El temor que la jornada flexible suponga un freno en la carrera profesional es el principal problema al que se enfrentan los empleados. Para adoptar este sistema se requiere de un cambio de enfoque.
Según un estudio de la Comisión Europea, entre el 50% y el 62% de los trabajadores en Suecia, Alemania y Dinamarca tienen horarios flexibles. Las personas pueden llegar una hora más tarde, salir una hora antes, trabajar media jornada o desde la casa en casos especiales. El sistema les ha traído ventajas, tales como mayor eficiencia y productividad, menor ausentismo y un personal que trabaja más contento y motivado.
Más allá de debatir acerca de la flexibilidad en época de crisis, hay que echarle un vistazo a los modelos de los países desarrollados. Las empresas debieran probar este sistema.
En Chile hay poca oferta de trabajos de media jornada. Muchas personas renuncian a sus labores porque necesitan dedicarles tiempo a sus hijos y las compañías no implementan horarios flexibles. Sólo 17,1% de las empresas ofrece jornadas parciales (ENCLA 2008).
Más allá de debatir acerca de la flexibilidad en época de crisis, hay que echarle un vistazo a los modelos de los países desarrollados. Las empresas debieran probar este sistema.
En Sodexo Soluciones de Motivación hemos comenzado a desarrollar la flexibilidad horaria. Tenemos, además, un horario especial de verano, contamos con días administrativos para los trabajadores, les damos las tardes libres en sus cumpleaños y en los de sus hijos. Asimismo, reconocemos las labores bien realizadas y premiamos a nuestro personal con tiempo libre.
En la medida en que las grandes organizaciones implementen cierta flexibilidad, va quedando un precedente por sentado. Reflexionar sobre la manera en que se distribuyen los tiempos es un desafío contemporáneo.