Cuando se habla de la matriz energética de un país coincidimos en que ninguna tecnología, por sí sola, va a resolver el problema, aunque algunas de ellas pueden aportar bastante.
Para examinar las renovables tradicionales (eólica, solar y geotérmica) y su aportación a la base energética de los países que tienen estos recursos, debemos aplicar dos enfoques que no siempre coinciden. Como rentabilidad para el inversionista o como solución global al problema de suministro de energía eléctrica a un país.
La eólica es la energía más barata de estas tres. Es poco riesgosa para el inversionista, en el sentido de que puede conocer con anticipación el potencial y características del viento, hacer una buena evaluación del impacto ambiental (generalmente muy bajo), pedir cotizaciones en firme de los aerogeneradores y de la línea de transmisión. En otras palabras, tener cuentas claras para su plan de negocios.
En cuanto a la visión país, la eólica aportará energía limpia en las horas de viento, pero se tendrá que contar con plantas tradicionales para generar la energía suficiente cuando no sople el viento. Además, al estar generando las eólicas, las centrales tradicionales deben bajar su potencia y generar a media carga, con la consiguiente baja de eficiencia de su ciclo, quemando más combustible por kilowatt-hora generado.
La energía solar es más predecible que el viento. Se conocen con más precisión las horas y la intensidad de la insolación. ¿Cómo resolver el problema de la generación en las horas sin sol?. La salida más común es dejarles esta tarea a las plantas de base tradicionales, similar al caso del viento: se les hace operar en el día a media carga y baja eficiencia. La otra solución es el almacenamiento de energía para usarla en las horas de sombra. En este caso hay que tener en cuenta que, para generación continua, se requieren cuatro centrales para que durante las seis horas efectivas de radiación una suministre la energía a la red y las otras tres la acumulen para entregarla en las otras 18 horas sin sol.
¿Por qué no ha despegado la energía geotérmica en países que tienen abundancia de este recurso?
La tecnología fotovoltaica ha evolucionado muy rápido y ha alcanzado precios cercanos a los US$ 2 por watt. La termosolar (espejos concentradores de la radiación) sigue siendo la más cara, aunque ha mejorando en precio y calidad. Además consume agua para su enfriamiento.
Para el suministro seguro de energía solar, la tecnología actual es interesante, pero todavía muy lejos de alcanzar un precio competitivo.
La geotermia, que aprovecha el calor del subsuelo, se da generalmente en zonas volcánicas donde las erupciones (en los últimos 800.000 años) han calentado el agua de los acuíferos a 2.000 metros de profundidad. El vapor que se extrae del subsuelo se usa para mover turbinas y generar electricidad.
Una central de 100 MW requiere de unos 20 pozos profundos, ductos de vapor para alimentar la central y una línea de transmisión. Por lo general la mitad del costo es la central y el 30% son los pozos. La energía geotérmica, en un buen proyecto, es competitiva con las plantas de gas y de petróleo. Genera de manera continua, sin interrupciones, no consume agua de enfriamiento, es de muy bajo impacto ambiental y dura más de 40 años. Si es así, ¿por qué no ha despegado la generación geotérmica en muchos países que tienen abundancia de este recurso?
Por tres razones. A diferencia de la solar o la eólica, no se puede medir directamente el recurso. Hay que hacer complejos estudios indirectos de geología, geoquímica y geofísica, y luego hacer grandes inversiones durante la etapa de exploración. Es decir, es caro e incierto predecir el potencial de un campo. Segundo, porque es difícil saber cuánto vapor van a producir los pozos; el análisis económico flaquea al estimar el número (y costo) de los pozos. Finalmente, la geotermia en muchos países se encuentra en las altas montañas (hasta 5.000 metros de altura), alejada de los centros de consumo lo que implica largas líneas de transmisión. Esto es un costo inaceptable para proyectos pequeños. Sin embargo, para campos grandes como el caso de Cerro Prieto en México, con 720 MW o los géiseres en Estados Unidos, con 2000 MW, la transmisión no es problema.
Desde el punto de vista del inversionista, la geotermia es una fuente con incertidumbres iniciales, difícil de financiar en su etapa de exploración y todavía muy desconocida. Pero desde el punto de vista país, es una fuente de energía eléctrica segura, limpia, que no consume agua, económica y constante. Y abunda en casi toda América.