¿Cómo afecta la red global de internet nuestras vidas? Esa es una pregunta cuya respuesta tal vez tenga un alcance mucho mayor del que imaginamos. Para muchos, la internet es solamente un invento tecnológico gracias al cual todos podemos hoy compartir información a través de nuestros computadores, realizar transacciones bancarias o comprar productos.

La Internet de las Cosas, un término que se ha vuelto bastante popular en ámbitos académicos, apenas empieza a dar sus primeros pasos en el mundo real y la vida diaria de los seres humanos. Se trata de un nuevo paradigma de la internet bajo el cual se espera tener trillones de dispositivos conectados entre sí, comunicándose a altas velocidades, compartiendo información y permeando todos los aspectos de nuestras vidas. Esta “futura internet” convertirá en una realidad la computación ubicua, la cual combina redes de sensores, etiquetas de identificación por radio frecuencia, máquinas hablando con otras máquinas, sistemas que reaccionan automáticamente ante la información recibida, todos ellos usando la red global de internet como plataforma de comunicaciones.

La Internet de las Cosas tiene el potencial de transformar nuestra sociedad en una sociedad digital, lo que requerirá ingenieros capacitados para aprovechar las oportunidades y enfrentar los retos que esta transformación supone.

La Internet de las Cosas encuentra su espacio en todos los aspectos que conocemos, y en otros que aún no imaginamos. Desde contadores eléctricos que se comunican directamente con nuestros electrodomésticos para alertarnos sobre cambios en el precio de la electricidad, pasando por sensores que monitorean nuestro estado de salud y se comunican directamente con nuestro médico de cabecera para alertarlo sobre situaciones de riesgo, o sensores embebidos en la casa de un adulto mayor o una persona con necesidades especiales, los cuales ayudan a adaptar el ambiente para facilidad y comodidad de estas personas.

Otros ejemplos incluyen vehículos que se comunican entre sí para evitar accidentes e informar sobre el estado del tráfico; ropa inteligente que cambia de color o se modifica de acuerdo a nuestro estado de ánimo publicado en Facebook, e incluso juguetes que se comunican y que permiten a niños jugar entre sí, aun cuando estén ubicados en extremos opuestos del planeta.  Básicamente, todos los objetos que nos rodean serán capaces de recolectar información, procesarla y compartirla, y tendrán una representación virtual en la internet para facilitar la interacción de los usuarios con los mismos.

La Internet de las Cosas tiene el potencial de transformar nuestra sociedad en una sociedad digital, lo que requerirá ingenieros capacitados para aprovechar las oportunidades y enfrentar los retos que esta transformación supone. En el caso colombiano, los ingenieros telemáticos son protagonistas en su contribución al avance de la internet y de áreas en desarrollo como la Internet de las Cosas. Estos ingenieros están formados para garantizar la ubicuidad de la tecnología al combinar las telecomunicaciones con el desarrollo de aplicaciones novedosas. Es entonces primordial que se incentive la formación de más profesionales en esta área, dado el inmenso potencial de desarrollo económico basado en la internet que se vislumbra en el futuro próximo, y en el cual nuestros jóvenes ingenieros deben jugar un papel preponderante.

La ingeniería de sistemas es también una profesión fundamental para que la Internet de las Cosas tenga el impacto esperado en nuestra sociedad. Los sistemas de software, construidos y mantenidos por los ingenieros de sistemas, proveen la funcionalidad necesaria para que los usuarios puedan interactuar de una manera sencilla, productiva y segura con representaciones virtuales de dispositivos físicos que, interconectados a través de la Internet de las Cosas, soportarán nuestras actividades cotidianas.

El beneficio que el uso de estas tecnologías genere en nuestra calidad de vida dependerá de la formación profesional y ética de los ingenieros colombianos. El reto que se avecina es grande, y nuestros ingenieros de hoy y del futuro próximo deben estar preparados para aplicar las tecnologías involucradas con la Internet de las Cosas, así como entender y asegurar el impacto social y económico de una adopción masiva de dichas tecnologías en nuestro país.