“¿Viajás por negocios o por placer?”, es una pregunta que va quedando obsoleta: hoy es posible -y deseable- que los ejecutivos que viajan por trabajo también disfruten de su estadía en el destino asignado.
Viajar por trabajo puede ser sinónimo de disfrutar un alojamiento de la categoría de un hotel boutique, cómodas y amplias camas, servicio a la habitación, centros de fitness y acondicionamiento físico, y servicio de conserjería, entre otros.
En una sociedad global que valora las nuevas experiencias y busca el equilibrio entre la vida personal y la laboral, es lógico que los viajes de negocios sean, cada vez más, también viajes de placer.
Estas comodidades hacen de la estadía una experiencia mucho más agradable y redundan en beneficios para el huésped -que cumple su tarea con más gusto- y para la compañía que costea el viaje -cuyo empleado trabaja mejor en el destino y regresa contento y habiendo disfrutado-.
Hoy en día, el mercado del hospedaje de lujo ofrece una gran variedad de beneficios, pero cuando se trata de estadías corporativas, no hay mejor lugar que sentirse como en casa. Es por esto que cada vez más los profesionales que viajan por negocios, o que son trasladados por multinacionales durante un período de tiempo a ciudades como Miami, Buenos Aires, Sao Paulo, Medellín, Bogotá o Panamá, están optando por alquileres de casas completamente amobladas que ofrecen los servicios de un hotel boutique, con la privacidad de un hogar.
Este tipo de alojamiento a corto o mediano plazo ofrece por lo general un espacio más amplio (e íntimo), conexión Wi-Fi gratuita, un set completo para hacer lavandería, cocina completamente equipada y estacionamiento gratuito. Y aunque no es el único argumento para su elección, es uno de mucho peso, pues brinda la experiencia hogareña tan anhelada por viajeros que pasan mucho tiempo solos.
A muchos ejecutivos, optar por un alquiler a corto plazo les permite tener un mayor control sobre su rutina, horarios y hábitos: un departamento o casa con acceso a gimnasio o piscina les da la posibilidad de contar con una cocina privada y así resulta más fácil preparar comidas saludables y mantenerse en forma en horarios personalizados.