Es un hecho que la pandemia cambió, en alguna medida, la vida de todas las personas y esta trajo consigo consecuencias positivas y negativas. Una a de los mayores cambios que se han generado, fue el boom del comercio electrónico, el cual se instauró como una nueva alternativa para la compra de productos de la vida cotidiana, a través de aplicaciones, o e-commerce de las distintas marcas.

Algunos expertos atribuyen la consolidación del e-commerce y la creciente penetración de los agregadores de delivery en Latinoamérica, a razones como: el aumento en el acceso y usabilidad de smartphones, una mayor oferta de comercios independientes, el incremento de operadores logísticos no tradicionales, una alta urbanización de las metrópolis y la fuerte penetración de internet en la región. En mi opinión personal, también hace una contribución importante la necesidad creciente de los consumidores de tener todo just in time y la búsqueda de ingresos extras on-demand con mayor flexibilidad laboral.

De acuerdo al último Reporte de la Industria e-commerce de Blacksip, Latinoamérica es una plaza con mucho potencial de desarrollo de la industria, y recién ha comenzado a ser explotada. Hoy su participación en la torta global del e-commerce es poco significativa y su despegue se debe principalmente a la pandemia. Incluso, data del mismo reporte, indica que Latinoamérica es dos veces el aporte de África y Oriente Medio, quienes hasta antes de 2019 no sentaban ningún precedente en el panorama global. Si bien hoy en día, la población de Latinoamérica representa cerca al 8% a nivel mundial, solamente tiene una participación del 2% de las ventas de retail, a través de e-commerce. En otras palabras, estamos en presencia de los primeros años dorados del e-commerce en la región, el cual si lo comparamos con regiones como Asia-Pacífico, Norteamérica y Europa Occidental.es un mercado bastante pequeño todavía.

 

En esta oportunidad, quisiera profundizar en aquellas startups que llegaron a revolucionar la industria gastronómica tradicional, convirtiéndola en la industria online food que conocemos en la actualidad, a través de dos principales modelos de negocios: platform-to-consumer y restaurant-to-consumer. Ambas son estrategias de delivery orientadas al consumidor final, donde la última destaca por la relación directa entre el restaurant y cliente, sin pasar por un intermediario (agregador) que consolida y controla en un único canal la oferta gastronómica en un territorio.

Desde que Pizza Hut lanzó el primer pedido de pizza en línea en 1994, la entrega se ha convertido en un negocio de miles de millones de dólares con todo tipo de cocinas disponible, en casi todas las ciudades del mundo. En la actualidad, Pizza Hut ha optado por un sistema híbrido. Es decir, vende a sus clientes a través de su propio sitio web oficial y además, por medio de los agregadores de delivery más importante de la región, como lo son Justo, Rappi, PedidosYa, UberEats y Ifood, entre otros. Al parecer, la estrategia más rentable para los restaurantes no está en elegir un modelo de negocio por sobre otro. Entre más sea el tráfico de ventas digitales, más se compensa la caída de ventas en la tienda física, debido a las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia.

Es totalmente admirable, la forma en que los agregadores delivery y plataforms as a service en menos de una década han empatizado con los restauranteros y comercios locales. Se han adaptado a las necesidades de los nuevos consumidores digitales y se han propuesto como una alternativa flexible ante las restricciones cambiantes de la pandemia. Es más, ya no solo se tiene la posibilidad de pedir comida preparada o envasada a través de estos agregadores, sino que hoy prácticamente cualquier producto que quepa en una mochila de reparto, cae dentro del alcance del delivery y puede ser disfrutado por el usuario en la comodidad de su domicilio.

Naturalmente, surge la interrogante de si este crecimiento acelerado de las industrias online se mantendrá post pandemia. ¿Qué garantiza la permanencia de estos actores luego de la crisis? ¿Será su auge algo circunstancial? Quisiera terminar esta reflexión destacando tres razones principales que vislumbran la permanencia del online food delivery en este lado del mundo.

La principal razón para pedir comida en línea es que es conveniente. Los clientes no necesitan realizar sus pedidos por llamada telefónica, ya que hacerlo de esta manera, tiene el potencial de resultar en entregas incorrectas debido a malentendidos. Tales errores son bastante improbables cuando se trata de pedidos en línea a través de una app o sitio web. Otra razón a favor de la entrega de alimentos en línea es que ahorra tiempo. El cliente no necesita cocinar ni salir a recoger comida de algún lado. Mientras esperan que llegue la comida, los clientes pueden utilizar el tiempo de manera eficiente.

Por otro lado, es innegable que los servicios de entrega de alimentos en línea ofrecen un pedido sin esfuerzo. El proceso único y automático de almacenado de datos de medios de pago, de los puntos de entrega, preferencias del cliente final e información sobre restaurantes favoritos y pedidos previos, hacen de la decisión de pedir en línea una muy fácil y guiada, incluso ejecutable en menos de 10 minutos.

Finalmente, otra gran ventaja que ofrecen los servicios de entrega en línea es que los clientes pueden tomar decisiones informadas y descubrir nuevos tipos de productos. Las empresas de entrega de alimentos en línea, agregan menús a la medida y amplían la oferta gastronómica, proporcionando a los clientes un mayor número de opciones. Además, los clientes pueden elegir ciertos restaurantes o platos sobre otros en función de sus comentarios y evaluaciones previas de otros consumidores.