El dólar en Colombia se negocia en un mercado en el que libremente interactúan los compradores y vendedores. Es decir, ni el gobierno, ni el Banco de la República intervienen en este para fijar su precio. Por eso el precio del dólar (la tasa de cambio) refleja su escasez relativa o abundancia.
Cuando la oferta de dólares es relativamente baja con respecto a la demanda, la tasa de cambio aumenta. Lo que estamos observando en los últimos días con las subidas históricas del peso es una caída rápida de la oferta y aumento de la demanda de dólares sin precedentes.
Por un lado, tenemos que recordar que el dólar se ha convertido en la moneda en la cuál literalmente todo el mundo se refugia. Cuando ocurre alguna crisis, un acto terrorista grande, una catástrofe natural o una caída en el nivel de actividad económica alrededor del mundo, los inversionistas tienden a convertir sus activos en dólares para poder refugiarse en la economía más grande y robusta, y en la moneda que es más aceptada alrededor del mundo. En esta ocasión, si bien la evidencia científica es clara en mostrar que la mortalidad del coronavirus es relativamente baja, las economías alrededor del mundo están mostrando que no pasaran ilesas de esta epidemia. La incertidumbre de lo que pasará y los impactos grandes del virus en China, y ahora en Europa, generan un ambiente de incertidumbre que hace que los inversionistas estén buscando dólares. Desde la crisis financiera de 2008, no habíamos visto un apetito tan grande en todo el mundo por comprar dólares. La demanda está creciendo rápidamente.
Por otro lado, este aumento de la demanda encuentra a Colombia en una coyuntura complicada. En enero de 2020, el 60,9% de las exportaciones colombianas correspondieron a combustibles y productos de las industrias extractivas. Solo el petróleo representó el 37,8% de todas las exportaciones. Es decir, la fuente de dólares de la economía colombiana son las exportaciones de petróleo.
La incertidumbre de lo que pasará y los impactos grandes del virus en China, y ahora en Europa, generan un ambiente de incertidumbre que hace que los inversionistas estén buscando dólares. Desde la crisis financiera de 2008, no habíamos visto un apetito tan grande en todo el mundo por comprar dólares. La demanda está creciendo rápidamente.
Ya nos hemos acostumbrado en el país a que el precio del dólar esté muy relacionado con lo que ocurre con el precio del petróleo. Dado ese gran peso del petróleo en la economía colombiana, cuando el precio de este cae, cae el flujo de dólares que recibe el país por dichas exportaciones y, por tanto, la oferta cae y su precio sube.
El coronavirus ha reducido la demanda de combustibles en el mundo. Se han cancelado vuelos, se ha reducido la movilidad, etc. Por tanto, el precio del petróleo cayó. Al mismo tiempo, iniciamos la semana con una iniciativa fracasada que fue liderada por Arabia Saudita de reducir la producción de petróleo para evitar que el precio cayera. Pero el lunes se inició una pelea de precios entre Arabia Saudita y Rusia que está presionando aún más el precio del petróleo a la baja.
Dado que el ambiente internacional es incierto y que se asoma una desaceleración o contracción en la economía del mundo, el futuro del dólar, en Colombia, en el corto plazo, no es claro.
Tendremos que acostumbrarnos a un dólar relativamente alto, por lo menos en el próximo semestre. Y con seguridad estaremos viendo unas próximas semanas con una volatilidad del dólar aún mas alta.
Son momentos de sentarse a esperar, no tomar decisiones aceleradas y mantener la calma.