Hace algunos días representé a AmCham Chile en el panel de conversación del encuentro organizado por EY "La Voz del Mercado", donde conversamos sobre el cambio de prioridades de los directorios y las empresas en Chile post 18 de octubre (el día en que el estallido social comienza). Y creo que lo primero que debemos entender es que estamos ante un fenómeno mundial, no solo local, donde el escenario para hacer negocios cambió y va a seguir cambiando dramáticamente. 

Las empresas que quieren mantenerse competitivas deben tener un compromiso real por agregar valor social y fortalecer su legitimidad ante todos los stakeholders, no solamente ante los accionistas. Esto es un imperativo ético, que obedece a la necesidad de redefinir lo que hoy es "ser buena empresa". Nuestros clientes y colaboradores nos van a preferir en la medida que seamos coherentes y consecuentes con nuestros propios valores y no solo por la calidad de nuestros productos y servicios.

Los directorios tienen que poner en el centro de la discusión los temas asociados a medio ambiente, sociedad, gobierno corporativo (ASG) y ética, además de tomar medidas concretas para que los mismos sean parte fundamental de las estrategias de corto y largo plazo.

Los directorios tienen que poner en el centro de la discusión los temas asociados a medio ambiente, sociedad, gobierno corporativo (ASG) y ética, además de tomar medidas concretas para que los mismos sean parte fundamental de las estrategias de corto y largo plazo.

El punto positivo que he evidenciado en los espacios gremiales, académicos y empresariales donde participo, es que hay un interés genuino por hacernos cargo de la nueva realidad, escuchando más, abriéndonos a entender mejor el nuevo contexto, valorando la diversidad y tomando decisiones que permitan a las empresas convertirse en verdaderos agregadores de valor social, además de económico.

Por lo mismo, mi llamado es a que nos hagamos cargo, a que tomemos decisiones y avancemos más allá de las declaraciones y las buenas intenciones.