Faltan poco menos de 100 días para que se inicie la Copa Mundial de Fútbol en Brasil, sin embargo, desde hace ya un tiempo somos testigos de publicidad relacionada con el Mundial. Vemos pautas publicitarias de empresas como DirectTV, donde el director de cine Oliver Stone y unas cuantas estrellas del mundo del fútbol -entre ellas nuestro "Tigre" Falcao García- realizan un comercial, el que usando el mundial como fondo, espera conectar al menos a 1.000.000 de usuarios nuevos en el mercado latinoamericano.

En paralelo, las campañas de las marcas deportivas son más agresivas, como es el caso de Adidas o Nike, patrocinadores de varias selecciones participantes y quienes esperan que las ventas de su división de fútbol supere la barrera de los 2.000 millones de euros (US$2.700 millones).

Esperemos que con el acuerdo de paz, Colombia pueda promover una imagen amable que atraiga al mundo deportivo, y porque no, en el futuro realizar un Mundial de Fútbol o unos Juegos Olímpicos.

Asimismo, los dividendos obtenidos por la FIFA y la economía de Brasil (a través de la Confederación Brasilera de Fútbol) por los derechos de pauta para temas alusivos al mundial alcanzaron los US$4.000 millones, de los cuales una buena parte le pertenece a Brasil, país que aporta no sólo las sedes sino toda su infraestructura.

Muy similar es el caso del Super Bowl (partido final de la liga de Fútbol Americano) en Estados Unidos. Este año la empresa FOX, dueña de los derechos de televisión otorgados por la NHL (Liga Nacional de Fútbol, por sus siglas en inglés), vendió el derecho de pauta publicitaria de 30 segundos por US$4 millones, prometiendo una audiencia de 108 millones de norteamericanos y 500 millones más alrededor del mundo.

Eventos magníficos como éstos impactan positivamente la balanza de servicios de un país, pues todos sus ingresos se entienden como exportación de servicios cuando la empresa pautante genera la transacción desde una casa matriz ubicada en un territorio diferente de donde se realiza la publicidad, como generalmente ocurre.

¿Cómo estamos en Colombia? En una situación aún muy diferente. Los eventos deportivos cuentan con bajo patrocinio de empresas privadas. Por ejemplo, para la realización de los juegos mundiales de Cali, en 2013, se invirtieron 35.000 millones de pesos del erario público. Sin embargo, fue un empujón más, que junto al Mundial Sub 20 de Fútbol, realizado en 2010, han ido cambiado la imagen de Colombia como foco de inversión al deporte y derechos publicitarios, gracias a la gran afluencia de público que tuvieron. Marcas como Nike, Adidas y Umbro empiezan a incursionar con más fuerza en los equipos profesionales. Redbull y Gatorade, gigantes del mercado de las bebidas, ya patrocinan deportistas nacionales como Marian Pajón y Orlando Duque.

Es hora de aprovechar esta tendencia y el talento del deporte nacional; el patrocinio de equipos y grandes eventos deportivos genera grandes flujos de dinero para la economía de los países, no sólo por los turistas -este año Brasil espera recibir aproximadamente 600.000 personas en sus doce sedes mundialistas-, sino también por los ingresos obtenidos por servicios publicitarios.

Esperemos que con el acuerdo de paz, Colombia pueda promover una imagen amable que atraiga al mundo deportivo, y porque no, en el futuro realizar un Mundial de Fútbol o unos Juegos Olímpicos.