Según una de los últimos estudios realizados por Fundación Chile - ‘Reciclando-Ando’- los chilenos han expresado un aumento en la cultura del reciclaje, pero el 62% de los que no reciclan, declaran no hacerlo por falta de infraestructura, reflejando un impedimento ligado a la disposición y distribución de estos puntos en diversas comunas.

Si bien el país cuenta con una importante capacidad de infraestructura instalada y destinada al reciclaje, esta no se puede considerar suficiente a mediano y largo plazo, ya que aproximadamente el 80% que se encuentra disponible está ubicada en la Región Metropolitana, donde se ubica la capital, lo que nos indica que debemos de manera urgente extendernos a otras zonas geográficas a lo largo de nuestro país.

En pocas palabras contamos con una capacidad instalada de reciclaje suficiente, pero esto puede ser un problema a la hora de aumentar el reciclaje: la recolección y clasificación, sobre todo de envases y embalajes asociados a los residuos domiciliarios, ya que estos son fundamentales a la hora de hablar del reciclado post consumo.

La infraestructura es un tema que venimos conversando y advirtiendo hace mucho tiempo. Como referente, en grandes ciudades en Europa, con 25 años de implementación de reciclaje, han invertido en crear fábricas donde se recicla de manera industrial. Por el momento, en Chile, muchos de los materiales que recolectamos para reciclaje no son valorizados en nuestro mismo país, porque aún no está la infraestructura para hacerlo.

En Chile, se generan al año 970 mil toneladas de plástico del cual sólo se valoriza el 9,6%. En cuanto a envases y embalajes 1.250 mil toneladas y se reciclan cerca del 12%. Cifras sumamente pequeñas ad portas de una ley que entrará en vigencia en muy poco tiempo.

Para aumentar la infraestructura debemos trabajar en conjunto entre los distintos actores claves del ecosistema, empresas productoras, gobierno, municipalidades, gestores de reciclaje y la ciudadanía. Hacer un cambio rotundo en la gestión de los residuos, así como también hacer énfasis en la educación para las personas, que son el primer filtro de reciclaje.

Educación ambiental para entender que en Chile y en el mundo nos enfrentamos a una triple crisis ambiental, que es contaminación, cambio climático y pérdida de la biodiversidad, y que si todos los actores involucrados logramos comprenderlo, el éxito estará dado por una buena gestión.

¿Pero qué hace falta además de esto? En cuanto a la infraestructura, nuevas plantas de reciclaje, nuevos puntos comunales de reciclaje, dar espacio a nuevas pymes que revalorizan y aumentar los incentivos. Todo con el propósito de que cada vez menos residuos vayan a rellenos sanitarios y se inserten dentro de una economía circular.

Pero no sólo hace falta que más empresas se hagan responsable de su producción, sino también ayuda de entes claves, como lo son los seremis, los gobiernos regionales, SEA y autoridades en general, que son los que dan el pase para establecer nueva infraestructura.

Como ya se mencionó, la capacidad instalada actualmente nos permite reciclar, por ahora, pero debemos pensar que pasara el próximo año, cuando se empiecen a cumplir los objetivos establecidos en el decreto de empaques de la ley REP, ya que en ese minuto la capacidad de procesamiento con la que cuenta nuestro país deberá si o si aumentar de manera significativa para poder cumplir con los objetivos de reciclaje a largo plazo, incluyendo infraestructura que sea capaz de abarcar con casi todo el territorio nacional.

Por eso mismo, es nuestra labor trabajar en conjunto a todos los protagonistas del reciclaje y autoridades de nuestro país para generar espacios e infraestructuras aptas para que se cumplan las metas propuestas por la Ley REP para este 2023.