Encontrándonos a más de dos años de que el palacio de La Moneda albergue al próximo Jefe de Estado, ya hemos empezado a presenciar la salivaciones de algunos viejos y conocidos candidatos que dicen haber recibido alguna inspiración divina, o haber tenido una epifanía en las han sentido nuevamente “el llamado de Chile”, el tema es que el providencial “llamado”, tiene un espectro muy limitado de números telefónicos y casualmente contestan los de siempre, ¿quiénes?, los que usted y yo conocemos probablemente desde nuestra infancia.

La reflexión que me permito sugerir en este artículo, nace como consecuencia de un sentir nacional denominado DESCONFIANZA, en donde simplemente no se cree en la actual clase política, las razones ya las sabemos; entonces, ¿qué estamos esperando para generar un cambio radical en nuestro acontecer político?, ¿o seguiremos con la misma letanía?, siempre pegándole a la administración de turno, cuando la culpa la tenemos nosotros que no hemos sido capaces de gestar un cambio político generacional, en donde seamos los que decidamos finalmente a quién le entregamos la honorable Piocha de O'Higgins. Pues ya no resiste ningún tipo de análisis que sean los mismos señorones de siempre los que administren los destinos de nuestra querida patria.

Al respecto, ¿ha tomado conciencia que algunas de nuestras "figuras" políticas llevan más de dos décadas en el poder y más?, seguramente esperando dar el siguiente paso, de diputado a senador y de senador a presidente, ¿pero qué es esto?, me pregunto coloquialmente, ¿no se cansan de mamarle la teta a Chile?

Y a propósito de los mismos señorones de siempre, me cuesta mucho comprender cómo es posible que personajes que ya sirvieron, es más, ya tuvieron la oportunidad de servir o servirse (digamos las cosas como son), pretendan por segunda vez, con total honestidad me parece impresentable, la historia nos ha enseñado con mucha sabiduría que las segundas administraciones traen corrupción, considero que está demás ejemplificar, pues ejemplos tenemos de sobra, nadie se salva, así de categórico, salvo honrosas excepciones.

¿Cómo es posible que hayamos permitido que se haya hecho de nuestra política una fuente de ingresos segura y permanente?, incluso me atrevería a decir que hasta la consideran una profesión, con la que "honrosamente" llevan el pan a sus hogares. Al respecto, ¿ha tomado conciencia que algunas de nuestras "figuras" políticas llevan más de dos décadas en el poder y más?, seguramente esperando dar el siguiente paso, de diputado a senador y de senador a presidente, ¿pero qué es esto?, me pregunto coloquialmente, ¿no se cansan de mamarle la teta a Chile?, probablemente no, puesto que siempre estará ahí, turgente y calientita dispuesta a satisfacer los voraces apetitos de los honorables y distinguidos "mamones".

Así las cosas que no nos extrañe pues, que el porcentaje de ausentismo se perciba con mayor intensidad en la siguiente justa electoral. Recuerdo que en el debut del voto voluntario, el porcentaje de abstención en el proceso electoral llegó casi a un 60%, muestra del “hartazgo” de lo mismo, y es que Chile exige un cambio. Nuestra sociedad se cansó de estar polarizada, se agotó de concertaciones, nuevas mayorías, renovaciones, republicanos, demócratas, socialistas, etc, etc. Chile quiere hoy independencia pura. Nuestra nación se cansó de lo mismo, nuestra sociedad evolucionó y como consecuencia, busca ser representada por uno de ellos, nos por los ungidos, no por la bases, o por la élite del sistema establecido. Hoy la señora Juanita quiere elegir a quién ella quiera

La tarea que nos toca es promover nuevos cuadros, apostar decididamente por un gobierno independiente, acabar con la insana polarización de nuestro Chile, agradecer a los partidos y agrupaciones políticas que contribuyeron en su momento con el país y decirles que ahora su rol es promover y ceder el paso, Chile ya no quiere más PC, UDI, RN, NM, PRO, MAS, PPD, PS, DC, PRI, PRSD y cuantos más, en resumen, Chile hace buen rato pide inclusión política, ¡gente como usted!.