Regresé a Davos después de casi una década. Durante la segunda parte de los 90 y hasta el 2002, solía venir religiosamente a esta cita que congrega a líderes políticos y de negocios del más alto nivel, además de artistas y académicos La cita tiene lugar en este maravilloso pueblito situado entre las montanas de los Alpes.
Fui testigo en aquellos años de las visitas triunfalistas del presidente Carlos Menen, de Argentina, con sus gigantescos entourages que, además de incluir a los más conspicuos empresarios argentinos, también incluía a su personal trainer y a su peluquero. Del presidente de México de esa época, Carlos Salinas, también asiduo visitante de Davos, quien lideraba las famosas fiestas organizadas por la delegación mexicana… Ambos, grandes esfuerzos de marketing de esto países para encontrar el crédito e inversionistas que participaran de las grandes privatizaciones de la época... Todos sabemos en qué termino toda esa fanfarria.
Una década después, el WEF no solo ha crecido en convocatoria. Este año, que llegaron más de 2.500 personas, también mostró mayor madurez en la diversidad de los asistentes, ya que éstos fueron un espejo de la agenda global, lo que sirvió como vía expedita para alcanzar soluciones: en un año en que la agenda del foro de Davos estuvo dominada por los problemas de la euro zona, fue desde ahí desde donde salieron luces de esperanza para Europa, las que se fundamentan en los siguientes compromisos:
*El Banco Central Europeo (BCE), comandado por Mario Draghi, se comprometió a fondear todo el dinero necesario (cerca de 500.000 millones de euros) para mantener la liquidez del funcionamiento de la banca europea. Buena nueva tras la cual Timothy Geithner, secretario del Tesoro de EE.UU., afirmó: “nos sentimos muy tranquilos de ver que el BCE está actuando como un verdadero banco central. Por otro lado, EE.UU. a pesar de sus problemas internos, mantiene el compromiso de ayudar a Europa a través del Fondo Monetario Internacional (EE.UU es el principal aportante a los fondos con que el FMI apoya a Europa)”.
En lo que respecta a América Latina, y ahora que se avecina el WEF regional en Puerto Vallarta, creo que la agenda, entre otros temas, debiera considerar: la desigualdad y distribución de ingresos y la inclusión social. Tenemos que aprovechar que ya tenemos la casa en orden, que el mundo emergente está creciendo; este es el momento de poner atención en estos asuntos.
*La Unión Europea entregó señales clarísimas durante el foro de que trabajará intensamente para funcionar como “Unión Presupuestaria”, un compromiso clave para la sobrevivencia a largo plazo de la zona euro.
*Finalmente, y no menos importante, la primer ministra de Alemania, Ángela Merkel, dio señales hacia una flexibilización de su postura, y se comprometió a que Alemania participará activamente con los recursos que se necesiten para salvar la Unión Europea.
Esta luz de esperanza salida desde los Alpes suizos valida la importancia del WEF para la comunidad internacional, y justifican el esfuerzo de todos los concurrentes a esta cita 2012.
Debo decir que la madurez de América Latina -no tenemos guerras en curso, hay países que poseen casi pleno empleo, la democracia se ha consolidado, salvo por lamentablees excepciones, etc.- juega en contra de la poca figuración de América Latina en el programa del WEF 2012, foro que presentó escasas sesiones dedicadas a nuestra región, a pesar de que estuvieron presentes los presidentes Felipe Calderón, de México; Ollanta Humala, de Perú, y Ricardo Martinelli, de Panamá, además de ministros de casi todos los países de la región.
Qué duda cabe: como latino me habría gustado más participación de América Latina en la agenda, sin embargo, también es cierto que esta es exactamente la que corresponde a la importancia relativa de nuestra región en el GDP mundial; y si a eso le agregamos que nuestros países se están comportando ejemplarmente, ¿por qué entonces tendrían que dedicarnos más atención?
La excepción fue Brasil, que tuvo una participación bastante destacada en este foro 2012, pero no por ser latinoamericano, sino por ser un país BRIC, grupo selecto de estrellas del firmamento económico mundial. En su delegación se hicieron presentes el canciller Antonio Patriota; su ministro de Industria, Alessandro Texeira, y un amplio grupo de empresarios que incluyó al presidente de Petrobas, Jorge Sergio Gabrielli, y al presidente de Embraer, Mauricio Novis, ambas consideradas multilatinas de excelencia por AméricaEconomía.
Más aún, Brasil auspició y organizó la fiesta de clausura del WEF 2012, evento que destacó por su sofisticación y elegancia, tendiente a promover el país.
Aplaudo la iniciativa y el protagonismo de Brasil, no obstante, me quedo preocupado de la forma en que las autoridades brasileñas encararon las presentaciones en Davos, ya que las autoridades brasileñas solo hablaron de lo bien que lo está haciendo Brasil, dejando la impresión de que no hay problemas que resolver, una actitud autocomplaciente que preocupa, ya que todos sabemos que en Brasil hay muchos y grandes problemas.
En resumen, me traigo una buena impresión del progreso de WEF durante la última década. En lo que respecta a América Latina, y ahora que se avecina el WEF regional en Puerto Vallarta, creo que la agenda, entre otros temas, debiera considerar: la desigualdad, la distribución de ingresos y la inclusión social. Tenemos que aprovechar que ya tenemos la casa en orden, que el mundo emergente está creciendo; este es el momento de poner atención en estos asuntos.
Educacion es otro tema caliente en nuestra región y, por supuesto, la competitividad. En un mundo cada vez más globalizado, necesitamos empresas multilatinas capaces de competir mano a mano con sus pares en la arena global. Tenemos buenos ejemplos pero necesitamos mucho más…