Perú invierte un 16% del total de sus ventas en procesos logísticos, una cifra elevada en comparación con sus pares en Latinoamérica como Paraguay o Colombia. Este dato, revelado en la última Encuesta Nacional de Logística, expone que las organizaciones priorizan más sus gastos en las actividades de transporte, distribución, compras y gestión de proveedores, por lo que resulta relevante identificar la oportunidad de reducir ese costo.

¿Cómo es posible lograrlo? Una empresa necesita reconocer las tareas que puede continuar realizando y otras donde un operador logístico debe intervenir para gestionar su cadena, ya sea de manera parcial o total, siendo un habilitador que le permite tener acceso a hacer cosas que sola no podría. Así, la compañía se vuelve más competitiva debido a las sinergias que mantiene el operador con otros sectores logísticos, que contribuyen a la optimización de su cadena; y, además, a su gran expertise; tecnología de punta; infraestructura y capacidad para adaptarse a cada tipo de logística.

Por ejemplo, si desagregamos el análisis de la encuesta en mención, observamos que el comportamiento logístico del sector relacionado a la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca están por encima del promedio nacional (17%). Esto es sorprendente considerando la importancia que tienen en la economía del país. Cabe precisar que el segmento agroexportador es la segunda actividad económica más rentable con perspectiva de crecimiento rápido.

Para este sector se evidencia una gran necesidad por parte de las empresas de contar con servicios logísticos que garanticen la calidad de los productos en toda la cadena. Pero estas no deben ser puntuales, gestionar la cadena de frío, bajo un servicio integral y eficiente, trae consigo diversas ventajas competitivas para las compañías, además de la reducción de costos. Entre las más importantes se encuentran la cobertura geográfica, llegada a todas las ciudades del país con varios puntos de carga y descarga; y servicios adecuados tanto de transporte como de almacenaje, manteniendo los atributos de calidad mediante el control de la temperatura y otras condiciones especiales.

La tecnología cumple aquí un rol fundamental para garantizar la cadena integral de frío, pues tener un equipamiento de última generación en almacenes, transporte y sistemas de monitoreo permitirá garantizar la calidad de los productos a lo largo de la cadena. Asimismo, gracias a herramientas especializadas a nivel operativo y tecnológico como el sistema de gestión de almacenes (WMS) y de transporte (TMS) se logra optimizar los recursos y, además, brindar trazabilidad y visibilidad, lo que segura un funcionamiento eficiente de la misma.

Recordemos que, en América Latina, el 55% de las frutas y vegetales son desperdiciados debido a problemas de manejo, empaque, almacenamiento y distribución. Por tanto, las alianzas entre clientes y proveedores son fundamentales; y en esa línea, la tercerización debe ser vista como una acción estratégica que contribuirá con ofrecer un servicio óptimo, asegurando la calidad de los productos y el funcionamiento eficiente de la cadena. Incluso, dando oportunidad al crecimiento continuo y la apertura de nuevos destinos de agroexportaciones. El Comercio local e internacional de productos de frío seguirá siendo una palanca clave en la economía del país y está en los líderes empresariales hacer de la logística su ventaja competitiva.