Tomar, pagar y llevar. Esa es prácticamente la consigna de hoy, dado que tenemos una amplia gama de productos al alcance de la mano, o más bien, de nuestra billetera.
Si monetariamente podemos, compramos. Vamos al supermercado y llenamos nuestro carro con los productos que nos plazcan y que nuestro presupuesto, o línea de crédito, nos permita. Así en muchas áreas del retail.
Sin embargo, alguna vez nos hemos preguntado ¿qué tan responsables somos a la hora de comprar? No me refiero a lo que concierne a nuestros presupuestos, sino visto desde el punto de vista de la sustentabilidad y el medio ambiente.
Esto toma mayor validez si consideramos que al 2045 aumentaremos considerablemente el número de habitantes en el mundo, dado que pasaremos de siete mil millones a unos nueve mil millones de personas.
Eso implicará un gran desafío, en especial desde el punto de vista de la sustentabilidad si es que nos regimos por los patrones de consumo actuales.
Es así como el reciclaje y la compra responsable adquirirán un nuevo valor, sobre todo si consideramos que varias especies, tanto vegetales como animales, se han extinguido en los últimos años, panorama que no pareciera ser muy alentador en el futuro.
Por ejemplo, casi un tercio de las razas de pollos corre peligro de extinción y varias de ellas tienen características únicas que podrían ser necesarias en el futuro, tal como afirman los datos proporcionados por National Geographic.
Es por esto y más, que habrá que comenzar a racionalizar más lo que se consume. Las cifras del 2008 reflejan que de los 35 kg de la fruta fresca que compramos 10 kg se pierden, en tanto que de los 47 kg de las carnes rojas, 16 kg correrían la misma suerte.
Anualmente botamos, según los datos de la Organización de las Naciones Unidad para la Agricultura y la Alimentación (FAO), 1.300 millones de tonaledas de alimentos, práctica que en un futuro, que ahora nos suena lejano pero que en realidad es más cercano de lo que creemos, es un lujo.
Pareciera casi absurdo pensar que el mercado motivaría una practica que frenara la compra, pero esto no es tan así, dado que el enfoque estaría en el reutilizar y darle a los consumidores alternativas para que compren de manera inteligente. Aquí es donde entra a jugar el ingenio del retail.
Esto es parte del gran desafío, debido a que esto implica un gran cambio cultural. La realidad indica que es necesario cambiar el switch y transformar nuestros hábitos, no sólo al momento de comprar, sino al ajustar la dieta y reducir los desperdicios, en especial considerando que en países donde se puede acceder más fácilmente a la comida barata las personas suelen comprar más de lo que necesitan.
Con el tiempo, la mirada ha ido cambiando, a medida que la "moda verde", la ecológica, ha ganado terreno. El retail también tendrá, le guste o no, que adaptarse a este nuevo estilo, porque, más que mal, es parte de un eslabón importante del cómo podemos sobrellevar nuestra estadía en este gran hogar llamado Tierra.