Hace una semana, el bitcoin alcanzó un récord de U$ 64.869, justo antes del debut en bolsa de Coinbase Global Inc., una exchange que además de ofrecer las principales criptodivisas y tókens, brinda servicios relacionados con ellas. Después de la euforia de este ingreso en Nasdaq, Coinbase sostuvo correcciones a la baja. Y el pasado fin de semana bitcoin experimentó una caída de hasta un 15,1% en los mercados asiáticos,  a US$ 51.707  (hoy oscila en torno a los US$ 56.000) . Ether, el segundo tóken más grande, cayó casi un 18% antes de reducir las pérdidas.

En las redes, varios atribuyeron su caída a la sobreexposición de Coinbase, y al rumor de que el Tesoro de Estados Unidos podría tomar medidas enérgicas contra el lavado de dinero que se lleva a cabo a través de activos digitales. Habría pesado también el anuncio que el banco central de Turquía prohibirá el uso de criptomonedas como forma de pago a partir del 30 de abril. Inclusive  se lo atribuyó al corte de energía en la región china de Xinjiang, que representa casi una cuarta parte de minería del bitcoin o hash.

Pero la verdad es que  el debut de Coinbase cumplió con lo esperado para una acción de sus características y lo mejor aún está por venir. Por otro lado, el rumor posteado en redes sociales sobre posibles acciones del Tesoro, sin señalar fuentes, es de dudosa procedencia. Respecto a Turquía, es cierto que esto afecta el uso de bitcoin como medio de pago, pero la verdad es que su estructura técnica es como reserva de valor, y dadas las expectativas de inflación de Estados Unidos en el futuro no lejano el bitcoin aún tiene mucho para seguir creciendo en ese espacio. Finalmente, respecto a los apagones en China, expertos mostraron con gráficos que no hay una correlación entre el precio de bitcoin y la tasa de minado de la criptomoneda.

Esto nos muestra que es importante entender cómo las narrativas (en su mayoría poco sólidas) inciden en el precio de corto plazo debido al comportamiento de operadores que están en el mercado. Un grupo de ellos especulan y reaccionan ante diferentes hechos, pero no profundizan en el conocimiento técnico y de la estructura de mercado a largo plazo.

En la misma semana en que el bitcoin ha experimentado correcciones a la baja, en medio de rumores y análisis poco serios que gatillaron la liquidación de posiciones de traders inexpertos, Dogecoin ha vivido una semana de gloria.

Recordemos que Dogecoin, un tóken creado como una broma y que ha sido impulsado por gente como Elon Musk y Mark Cuban, se recuperó más de 110% el viernes antes de caer al día siguiente. En abril de 2020 su cotización era de US$ 0,002 y su capitalización de mercado rondaba los US$ 250 millones, mientras que hoy sus valores están respectivamente en US$ 0,39 y cerca de los US$ 50.000 millones. Esto lo ha llevado a posicionarse dentro de las ocho criptodivisas con mayor capitalización, incluso superando a Litecoin, Tether, Cardano, Bitcoin Cash, Chainlink, Stellar y Uniswap.

Dogecoin es una criptodivisa derivada de Litecoin. Mientras que bitcoin tiene un número máximo de monedas  de emisión (21 millones que se alcanzarían entre 2030 y 2040 dependiendo de su demanda).   Dogecoin, no tiene límite de emisión, lo que la convierte en una moneda inflacionaria. Por otro lado, Dogecoin requiere solo 60 segundos para realizar sus transacciones, a diferencia de los 10 minutos que necesita el bitcoin o los 2,5 minutos del Litecoin.

Pero mientras empresas como Tesla, PayPal, MasterCard, Visa, entre muchas otras, ya están considerando al bitcoin como una divisa y la están incorporando a sus sistemas de pagos, en el caso de Dogecoin −más allá de los memes y tweets ambiguos de Elon Musk sobre llevar Dogecoin a la Luna−  no hay claridad sobre su solidez en el tiempo e implica un mayor nivel de riesgo para el que quiera tomarlo.

Esta euforia por Dogecoin puede causar un efecto boomerang para la industria cripto. Así lo ha señalado Charles Hoskinson, fundador de Cardano, otra coin. “Cuando la burbuja de Dogecoin estalle, será un catalizador para que reguladores y legisladores se involucren más con las criptomonedas y lastimen a la industria entera”, dijo. Existe hoy un alto nivel de concentración de los tenedores de las Doge y aún no es una comunidad sólida, lo cual se presta para manipular el precio para luego vender y dejar así a varios inversores heridos. Que no distaría de las prácticas de Wall Street: basta recordar la burbuja inmobiliaria de los 2000 que llevó a una crisis financiera global.

Estamos frente a activos que por primera vez cumplen tres características a la vez: son divisas, intangibles y activos financieros. Y resulta crucial que quienes asesoran en invertir en las coins y tókens clarifiquen a sus inversores la estructura de  cada uno de los cripto activos. Es clave no dejarse llevar solo por la euforia de altas rentabilidades en un mercado alcista, donde es fácil ganar, pero también es fácil perder si se invierte en cripto activos que no tienen sostenibilidad en el largo plazo. Y como en cualquier inversión, hay que mantener la calma en las correcciones para analizar con base técnica sus causas y probable evolución en el tiempo.