A inicios de febrero la deuda nacional de Estados Unidos superó los US$ 30 billones, que implica una relación deuda/PIB de 133%. Esto lo sitúa como el duodécimo país más endeudado a nivel global y el cuarto más endeudado dentro de los países de la OCDE, que tienen en promedio una relación deuda/PIB de 80%. Las nuevas iniciativas de gasto en infraestructura y empleo del gobierno de Joe Biden impulsarían el déficit federal a unos US$3 billones en el año fiscal 2021 y aportarían una media de US$ 1,2 billones al año al déficit hasta 2031.

Pero, claro, los mercados y organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) están tranquilos. Parecen repetir la sentencia "Estados Unidos puede pagar cualquier deuda que tenga porque siempre podemos imprimir dinero para hacerlo. Así que la probabilidad de impago es nula", dicha en 2011 por el ya tristemente célebre Alan Greenspan, expresidente de la Fed. Lo que Greenspan olvidó es que eso mismo pensaron los emperadores el Imperio Romano, cuando desgastaron el valor de su moneda, el denario, al igual que la China milenaria, cuando el Emperador tomó control del “jiaozo oficial” que dio origen a las monedas fiat y -vía excesiva emisión para pagar sus deudas- lo devalúo y desacreditó, llevándolo a apenas 10% de su valor nominal

Hoy, muchos economistas cuestionan la Teoría Monetaria Moderna (MMT, por sus siglas en inglés), que señala que países monetariamente soberanos como Estados Unidos, que gastan, gravan y se endeudan en una moneda fiduciaria que controlan totalmente, no están limitados operativamente por los ingresos cuando se trata de gasto. Similar a lo sostenido por Greenspan. Pero mientras los apóstoles de la MMT señalan que el límite de la emisión está dado por la inflación que esta puede provocar, este aprendiz de brujo y cocinero de severas crisis financieras olvidó mencionar ese incómodo detalle. 

Degradar una moneda imperial tiene precedentes. “Si los italianos o romanos hicieron al final tal alteración, como parece ser por las monedas antiguas encontradas en el país, esta fue probablemente la razón por la que ese noble imperio acabó desapareciendo”, sostiene el obispo Nicolás Orestes sobre el Imperio Romano en su “Tratado sobre el origen, la naturaleza, la ley y las alteraciones de la moneda”, publicado en 1357.

La inflación, y la consiguiente devaluación de la moneda, ya sea por el envilecimiento de la moneda de metal precioso (Roma) o el exceso de emisión (China), ha desestabilizado a imperios y ha sido un signo de su decadencia. A enero de 2022 Estados Unidos presenta una inflación del 7,5%, la más alta en 40 años. Además de la excesiva emisión de moneda, operan en este sentido otros factores, asociados a la pandemia y el cambio climático.

Mientras el valor del dólar se degrada cuando crece la deuda de Estados Unidos y disminuye su poder imperial, el valor del bitcoin asciende y este aspira a ser moneda global.

El denario era la principal moneda de plata del Imperio Romano, instaurado en año 211 a.C. y que circuló hasta el siglo III d.C. a lo largo de Europa, Asia y África, señal de la fortaleza política y económica del Imperio. Pero a fines del siglo III d.C , la pureza del denario solo alcanzaba un 5%. El Imperio era azotado por la inflación, y por rebeliones de caudillos que terminaron por fragmentarlo y empobrecer a su población. Según el profesor Kyle Harper, la crisis imperial fue agudizada por los efectos del cambio climático entre los años 150 y 450 d.C, y por la “peste antonina” (probablemente viruela) durante la década 160. ¿Le recuerda algo?

Desde que dejó su respaldo en oro en 1971, el dólar empezó lentamente a perder credibilidad. La crisis subprime y la forma en que se enfrentó evidenciaron la manipulación de la moneda. “El problema fundamental de la moneda convencional es la confianza que se requiere para que funcione. Hay que confiar en que el banco central no degradará la moneda, pero la historia de las monedas fiduciarias está llena de violaciones de esa confianza”, afirma Satoshi Nakamoto, alias del creador anónimo de bitcoin.

Países que han adoptado el dólar como moneda nacional, que no tienen herramientas de política monetaria, como El Salvador, han preferido complementar su sistema monetario con la incorporación de bitcoin, el “oro digital”, oficializando como moneda de curso legal. Por otro lado, en junio de 2021 Rusia dio aviso que dejaría de emplear el dólar en sus reservas del Fondo de Bienestar Nacional. Antes habían anunciado el reemplazo de unos US$ 40.000 millones con oro y otras divisas para minimizar el riesgo de sufrir sanciones por parte de Estados Unidos. Y recientemente el banco central y el Gobierno ruso han anunciado que bitcoin será tratado como una divisa, así como su legalización de bitcoin y la de otras criptomonedas. Bitcoin y las criptomonedas están en el centro de los principales hechos geopolíticos en que está envuelto Estados Unidos en este inicio de año. Los criptoactivos están siendo cada vez más aceptados en distintas jurisdicciones que son sinónimo de innovación financiera como Singapur, Suiza e Inglaterra, entre otros países. Incluso hay iniciativas en el mismo territorio norteamericano; en el estado de Arizona, el Senador Rogers sugiere darle a bitcoin curso legal; Colorado empezará a aceptar bitcoin para el pago de impuestos de agosto; y en Miami, su alcalde recibirá su salario en bitcoin.

¿Significa esto que bitcoin se está transformando en el nuevo “fiorino di oro”, esta vez en versión digital? El florín de oro, moneda emitida en Florencia, tuvo enorme aceptación en el mundo mediterráneo y europeo en general de los siglos XII, XIV y XV. Si bien Florencia era un centro comercial y financiero, no era precisamente un imperio. Su moneda logró tal predominancia y prestigio por la constancia de su peso y la pureza de su ley.

El bitcoin es hoy la principal criptodivisa del mundo, con una participación del 42,3% del mercado. Su valor subió en 2021 un 77% y a la fecha se ha minado un poco más del 90% de su oferta monetaria máxima posible. Están ya las condiciones para que este 2022 su adopción se consolide mundialmente y se avance a un sistema monetario complementario en Occidente. En Alemania ya se autorizan fondos de inversión con exposición de hasta 20% en cripto. Cada vez más inversionistas institucionales lo están evaluando dentro de sus portafolios. Pero claramente el gran hito será la emisión de bonos respaldados en bitcoin, que según recientes declaraciones del Ministro de Hacienda de El Salvador, se realizará este año entre el 15 y 20 de marzo. Otro gran paso será cuando Rusia lo adopte dentro de sus reservas y tenga exposición en los fondos de pensiones.