El presente año se ha caracterizado por ser muy inestable en lo que al mercado de capitales se refiere. En general todas las clases de activos han tenido un pobre performance en lo que va de 2013 y salvo la bolsa estadounidense (que en cualquier momento frente a alguna noticia ‘poco amistosa’ puede borrar todo lo avanzado en el año), el resultado de los portafolios de inversión han estado por debajo de las expectativas.
Pero muchas veces, en estos momentos calificados como “nadie sabe para dónde va la máquina”, es cuando se presentan las mejores oportunidades de inversión. El dicho “vende caro y compra barato” en el papel es lo más lógico, pero increíblemente el comportamiento de muchos inversionistas es comprar caro y vender con pánico cuando todo está en el piso. Así que pongamos la mente en frío y vayamos al papel para tratar de encontrar estas oportunidades... y la primera que salta a la vista es la “muy poco de moda” Europa (desde el punto de vista de los inversionistas).
Al Viejo Continente todavía le esperan algunos años difíciles; de eso no hay duda. Las reformas de austeridad en un contexto de elevado desempleo, y en los ajustes del balance de los bancos y las empresas, mantendrán una demanda acotada y un crecimiento contenido. Sin embargo, Europa está más cerca de un punto de inflexión para revertir los problemas que la han atormentado en los últimos años. En otras palabras, parece que ya estaríamos tocando fondo (comprar barato).
Tras los famosos dichos del presidente del Banco Central Europeo, el economista italiano Mario Draghi, del año pasado y gracias a las mejores condiciones en los mercados financieros en la Unión Europea, y a la disminución de los riesgos extremos (de expulsión de algún miembro, por ejemplo), las expectativas han dado un vuelco. De hecho hemos visto cómo la trayectoria del crecimiento aparentemente está cerca de tocar fondo tras casi dos años de recesión, para poder retomar una senda dispar y anémica, pero senda al fin.
Tras los famosos dichos del presidente del Banco Central Europeo, el economista italiano Mario Draghi, del año pasado y gracias a las mejores condiciones en los mercados financieros en la Unión Europea, y a la disminución de los riesgos extremos (de expulsión de algún miembro, por ejemplo), las expectativas han dado un vuelco.
Tanto la actividad manufacturera como la confianza están revirtiendo su caída y los medios de comunicación ya hablan de que Europa podría contrapesar en algún grado el letargo del crecimiento chino.
Los signos de recuperación son auspiciosos: buenos datos de crecimiento en Alemania y Francia, cifras que muestran a Italia y España creciendo ‘menos negativo’ que el primer trimestre, mayores exportaciones en España, menores costos laborales, entre otros. Como un todo, la Eurozona presentó un crecimiento de 0,3% en el segundo trimestre del año, emergiendo del terreno recesivo en el que se encontraba.
A estas mejores cifras se suman las próximas elecciones en Alemania que aparentemente dan por ganadora a Angela Merkel, apoyando una mayor flexibilidad monetaria al Banco Central Europeo¸ el que podría incluso utilizar medidas no convencionales aprovechando la curva de experiencia y los buenos resultados de su par estadounidense.
Evidentemente todavía hay problemas. El proyecto de unión bancaria todavía se encuentra enfrascado y politizado, las cifras de empleo distan abismalmente de ser satisfactorias y los riesgos de estancamiento en la consecución de metas fiscales persisten, pero aparentemente lo peor ya pasó y hoy día queda forjar una nueva economía, aunque sea desde abajo.
En resumen, hoy nos encontramos en una posición de que ‘viajar’ (léase invertir) por Europa está con un ‘gran descuento’ y que probablemente ‘ese gran descuento’ tienda a ir desapareciendo conforme se den los acuerdos y los mejores datos macroeconómicos se vayan sucediendo... y al parecer, esta parece ser la nueva tendencia...(obviamente considerando no ‘poner todos los huevos en la misma canasta’ y con un horizonte de mediano, largo plazo).