La economía italiana se contrajo por tercer cuarto consecutivo, profundizando la recesión del país y echándole fuego a la crisis del euro. Italia es la tercera economía más grande de la Eurozona, y muchos la ven como el jaque mate de un eventual colapso de la moneda común, ya que es demasiado grande para quebrar. Ni la UE ni el FMI tienen suficientes recursos para rescatarla. Si Italia cae, probablemente signifique el fin del euro.

Hoy muchos acusan a la austeridad de los problemas económicos de Italia. Chiara Corsa, una economista en UniCredit, escribió que “el elemento clave es la austeridad, que constituye una pesada carga sobre el consumo y la inversión”. Las recientes elecciones municipales vieron el surgimiento de partidos anti-austeridad. Paul Krugman lo advirtió en diciembre pasado, cuándo describió al plan de austeridad del primer ministro Mario Monti como “contraproducente” y “delirante”.

No obstante, como ocurre en los casos de Gran Bretaña, Francia y Grecia, los expertos no aclaran qué implica la austeridad en Italia, a pesar de que muchos parecen referirse a recortes de gasto. Por ejemplo, si la crítica de Krugman sobre la austeridad italiana es consistente con sus críticas sobre la austeridad en otras partes de Europa, sabemos que se refiere a recortes de gasto. Así que veamos si se ha dado alguno:

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* Usando Deflator del PIB (Fuente: Comisión Europea, Asuntos Económicos y Financieros).

Si la austeridad es culpable por la recesión de Italia, tenemos que ser claros que por austeridad nos referimos a aumentos de impuestos, con casi ninguna reducción en el gasto del gobierno.

El gasto en términos nominales aumentó en un promedio anual del 4,1% entre 2000 y 2009, y luego descendió ligeramente el año siguiente. En 2011 el gasto público fue solamente 0,14% menor al nivel de 2009. En cuanto al gasto en términos reales, no existió ningún recorte en lo absoluto. Como proporción de la economía, el gasto total alcanzó un máximo en 2009 de 51,6% del PIB, y luego cayó al 49,6% el año pasado, una caída que no es muy significativa si se toma en cuenta que el Estado italiano todavía consume casi la mitad de la producción nacional.

Entonces, ¿en qué ha consistido la austeridad de Italia hasta el momento? Según The Financial Times, el “paquete de austeridad del gobierno de €30.000 millones aprobado en diciembre estaba fuertemente orientado hacia el aumento de impuestos más que a recortar gastos, un énfasis que los ministros ahora reconocen ampliamente contribuyó a que Italia entrara en una recesión más profunda”.

El diario añade que el gobierno de Monti enfrenta “una intensa presión de las empresas, los políticos y el público para desplazar la carga de la austeridad lejos de los fuertes aumentos de impuestos y dirigirla hacia recortes en el gasto público”. Como resultado, el primer ministro italiano anunció recortes en el gasto a partir de junio por €4.200 millones, pero aún así eso es menos del 1% del gasto público total. Para mí, está lejos de ser un recorte salvaje.

Sin embargo, es fascinante ver la histeria que rodea a los recortes de gasto inexistentes y su supuesto efecto negativo en el crecimiento económico. Por ejemplo, en diciembre pasado The Economist advirtió:

“Pero un énfasis excesivo en la austeridad a corto plazo amenaza con enviar a la economía del continente a una profunda recesión; los últimos datos sobre la producción industrial italiana mostraron una caída anual del 4,1% en octubre, incluso antes de que los recortes presupuestarios fuesen introducidos por el nuevo gobierno”.

Curiosamente, The Economist parece afirmar que los recortes de gasto fueron responsables de alguna manera por una disminución en la producción italiana ¡aún antes de su implementación!

Si la austeridad es culpable por la recesión de Italia, tenemos que ser claros que por austeridad nos referimos a aumentos de impuestos, con casi ninguna reducción en el gasto del gobierno.

*Esta columna fue publicada originalmente en el blog Libremente del centro de estudios públicos ElCato.org.