La inflación y la variabilidad son fenómenos que se comportan como una cama de agua. Al aplastar una esquina, no se deshace el volumen, solo se traslada a otra esquina. Esto es lo que está pasando actualmente en la economía mundial y su conexión con los mercados de bolsa y también los privados.

El régimen de baja inflación, bajas tasas de interés y baja variabilidad de los crecimientos del PIB de las naciones, llamado la “gran moderación” entre otros por Larry Summers, se generó por la adopción de políticas de incentivos a la oferta (bajo gasto público, bajos impuestos, desregulación, etc.) que se implementara en Estados Unidos y el Reino Unido en los 80. Lo anterior, condujo a aumentos en productividad y bajísima inflación salarial, que en consecuencia generó que aumentara la variabilidad en los precios de los activos (bonos, acciones y bienes raíces) y también la inflación en ellos.

Los retornos de bolsa y de activos se beneficiaron desde los 80 multiplicándose varias veces, aunque también sufriendo crisis mas seguido, al cambiarse −por el fenómeno de la cama de agua− la variabilidad de lo macro a los mercados y, la inflación, de los bienes y servicios, a los activos.

Bajo este escenario es que hemos presenciado un régimen de altísimos retornos, pero uno que quizás vuelva a la moderación, por el regreso de la inflación y los aumentos de tasa de interés. No obstante, el atractivo de los mercados de bolsa se mantendrá, mientras la productividad que trajo la pandemia continúe y los progresos tecnológicos sigan su avance.

Sobre estos retornos, es importante puntualizar su interpretación y las condiciones en las que deben ser considerados para hacer inversiones en bolsa.  Lo primero es entender ¿cuánto retorno es deseable lograr y que inversiones me lo pueden dar?

Como respuesta inicial, el retorno mínimo necesario lo marca la inflación, pues ésta erosiona el valor del dinero. En dólares este mínimo es cercano al 2%. Se entiende pues, que ganando un retorno por debajo de la inflación americana terminaríamos con menos riqueza real y por debajo del 0% incluso menos riqueza en dólares.

Por otro lado, el retorno de una acción debe medirse en promedio anual, pues año a año este puede variar mucho. El retorno también se mide de cada acción, de una canasta de ellas en promedio, como el índice Mexbol, los cuales muestran menos variación que una acción individual, porque unas compensan a otras. Es injusto igualmente, comparar retornos promedio anual de un periodo de dos años, contra uno de 30 años, porque el primero aún no muestra sus “peores caídas”.

Ahora bien, en cuanto a la segunda pregunta, sí queremos ganar lo más posible, pero siempre viene con más retorno más amplitud, pues puede este tomar hacia lo alto y hacia lo bajo con mayor violencia. En mediciones de 50 y de 100 años, el índice Standard & Poor´s de la bolsa estadounidense, ha dado entre 6 y 11% anual promedio ya incluidos los dividendos.

Si logras un 7,2% anual promedio en cualquier cosa, en 10 años tendrías el doble de riqueza. Si lograras un 15% promedio anual, en 10 años hubieses cuadruplicado tu riqueza. Para más dramatismo, si lograras un 30% anual promedio en algo, después de 30 años habrías multiplicado tu riqueza 2600 veces, es decir de US$ 1000 a US$ 2,6 millones.

En lo que va de este año, la bolsa mexicana ha dado 13,6% y la estadounidense un 12,5% en dólares. Desde que el mercado alcista actual empezó el año pasado, las bolsas en general han dado entre el 70% y el 90% acumulado en dólares.

Pero mirando al pasado, las mejores acciones de Estados Unidos se han multiplicado después de 20, 25 y 30 años, desde 300, 600 o hasta 2.000 veces (es decir, rendimientos anuales de 20%, 23% y 27%). La empresa de trenes Kansas City Southern se ha multiplicado 1.800 veces en su valor desde 1990 y, Monster Beverage lo ha hecho por 1.973 veces desde 1992. Microsoft y Apple se han multiplicado 604 y 522 veces. Otros nombres conocidos han gozado de retornos muy buenos también −en veces su valor desde hace 30 años−: Home Depot 287x; Nike 225x; Target 79x y Caterpillar 72x (este equivale a 14,6% anual).

Entre las mexicanas más exitosas, desde hace 25 años: G México 38x; Peñoles 32x; Femsa 13x y Bimbo 10x (este equivale a 8,4% anual). Las brasileñas Itaú (31x) y Ambev (26x), confirman que las latinas han dado menores retornos en dólares que las americanas, debido a las depreciaciones constantes de sus monedas. Europa en contraste, muestra que las mejores acciones se han multiplicado por 300x (como grupo Hermes) o 95x (como L´Oreal) parecido a las estadounidenses, precisamente debido a la fortaleza de su moneda.

En conclusión, si dejara su dinero ganando solo la inflación en dólares por 30 años, mantendría su poder adquisitivo intacto y ganaría 2x su dinero, pero no aumentaría su riqueza en nada. Si lo deja en un banco mexicano, ganando un 4,5% anual en pesos, descontando impuestos y depreciaciones, perdería riqueza nominal y real. Si tiene menos de 70 años, debe invertir algo en bolsa (de manera diversificada, pues sería imposible saber cuál será la “bola blanca”) pues arriesga mucho de su patrimonio de lo contrario. Debe planear bien, pues el regreso de la inflación hará más difícil encontrar los retornos logrados bajo la época de la “gran moderación” que justo termina.