Ha transcurrido un año desde la presentación por el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, de su Informe “Nuestra Agenda Común” ante la 76ª Asamblea General en septiembre de 2021. Se trata de una potente propuesta de futuro, que está sobre la mesa y debe ser tomada muy en serio por los estados miembros, elaborada por un equipo de la Secretaría General con amplia participación de intelectuales, académicos, jóvenes, empresarios y organizaciones de la sociedad civil, más sondeos en 70 países y una encuesta electrónica respondida por un millón y medio de personas. El foco de la propuesta está puesto en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, una agenda más allá de ese hito, y en la urgencia de que la comunidad internacional tome conciencia y se haga cargo de los desafíos globales, de las amenazas estratégicas y existenciales y corrija el rumbo que nos está conduciendo a la extinción de la humanidad. Esto último es suficientemente dramático, es real y está bien fundamentado, aunque la falta de compromiso político para asumirlo se asemeja a una tragedia griega, en la que todos los actores cumplen su papel para producir el trágico final.
De ”Nuestra Agenda Común” cabe extraer por lo menos cinco componentes de prospectiva estratégica que deberían ser parte de la tarea habitual de la ONU para responder a este enorme reto: 1. Creación de un “laboratorio de futuros”. 2. Realización de una Cumbre del Futuro en 2023 para un Pacto Global por el Futuro. 3. Contar con informes periódicos de prospectiva estratégica y riesgos globales. 4. Un consejo de prospectiva de multi-stakeholders. 5. Designar un enviado especial para las generaciones futuras. Asimismo, disponer de una plataforma de Respuesta a las crisis como las que estamos viviendo.
Tal como desde este espacio destacamos en su momento, la idea contenida en “Nuestra Agenda Común”, de introducir de manera sistemática, permanente e integral la prospectiva en las tareas de la SG de la ONU, fue muy bien recibida por la comunidad de prospectivistas de todo el mundo. Especialmente, por los más de 4.500 académicos y científicos agrupados en el Millennium Project, la World Future Studies Association, la Asociación de Profesionales Futuristas, la Foresight Europe Network y la Red Iberoamericana de Prospectiva (RIBER), y los más de 200 de líderes que elevaron el año pasado una propuesta de creación en la SG de la ONU de una Oficina de Amenazas Estratégicas y Existenciales. Como contribución a “Nuestra Agenda Común” y sus pasos futuros, esta comunidad internacional participó de un Estudio Delphi en tiempo real (RTD) realizado con un panel de profesionales de 54 países, entre ellos varios miembros del Consejo Chileno de Prospectiva y Estrategia, que respaldó ampliamente las propuestas y que fue aportado a la ONU.
La 77ª Asamblea General, a celebrarse en septiembre de este año, será la oportunidad para conocer los pasos que la Secretaría General propondrá para su implementación. Unas ideas fueron adelantadas el 4 de agosto por Guterres ante los estados miembros, señalando, entre otras iniciativas, que una Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible y una Cumbre del Futuro serán "la mejor y última oportunidad" para gestionar y resolver los desafíos mundiales. De estas deberían derivar compromisos concretos y no ser solamente unas reuniones internacionales mediáticas. Según Guterres, se debe actuar con premura, responsabilidad y capacidad prospectiva, ya que “el mundo ha pagado un alto precio por nuestras respuestas ad hoc a los recientes impactos globales, desde la pandemia de COVID-19 hasta la guerra en Ucrania. No existe una organización para reunir a las partes interesadas en caso de una crisis global de este tipo, las Naciones Unidas son la única organización que podría cumplir este papel”.
En este sentido, por ejemplo, el resultado de una Cumbre del Futuro exitosa sería un Pacto de Líderes por el Futuro negociado intergubernamentalmente. En el corazón de este Pacto debería estar el compromiso de reforzar la capacidad de anticipación de la ONU, revitalizar el sistema multilateral y hacerlo apto para los desafíos de hoy y de mañana. Los Jefes de Estado y de Gobierno podrán comprometerse con este Pacto en la semana de alto nivel de la 77ª Asamblea General. En el caso de Chile, el presidente Boric tiene agendada su asistencia e intervendrá en el primer segmento de Jefes de Estado y de Gobierno que participarán.